Datos personales

Hablar pocas veces de la profesión militar es una de las pruebas de gran desidia e ineptitud para la carrera de las armas. (Del art. 14 de las RR.OO de las FAs)

28 abril 2024

DESMONTANDO MITOS (II). Uniformidad.

Decía el domingo pasado en DESMONTANDO MITOS (I) que hay cada vez más situaciones, dichos, acciones o ideas totalmente asentadas y normalizadas que se dan por buenas y por verdaderas cuando realmente no lo son y que uno de los aspectos en los que se dan mucho los mitos es en la uniformidad y en la policía del personal militar. Ya hablé de la policía y hoy toca hacerlo de la uniformidad. 

¡Ay! la uniformidad, nunca  bien definida y comprendida. La uniformidad, que no encierra mérito cuando la confección y el diseño nos son gratos y llevaderos. La uniformidad, que reviste su verdadero valor cuando la ignorancia aconseja lo contrario a lo que se nos manda, cuando el capricho pugna por levantarse en íntima rebeldía o cuando la arbitrariedad o el error van unidos a la permisividad del mando.

Pero concretamente ¿qué es la uniformidad? Pues es la cualidad de que todo sea uniforme, igual, idéntico, coincidente, consonante y homogéneo, lo que en demasiadas ocasiones dista mucho de ser lo que se ve por ahí; en ocasiones por desconocimiento de las normas (les importan un bledo) y muchas veces "porque yo lo valgo". Y es que gusta demasiado por aquí, al igual que pasaba en el ejército de Pancho Villa, ser diferentes y querer tener cada uno su punto particular cuando viste uniforme. 

Uniforme quiere decir una forma, todo de la misma forma. ¿Será este el motivo de que cada vez se tiene más la puñetera manía de llamar traje al uniforme militar como queriendo autojustificarse de que un traje no tiene por qué ser uniforme? ¿O el motivo de llamar traje al uniforme es que cada vez nos volvemos más civilacos y vamos dejando de usar el adecuado vocabulario militar? El traje es lo que llevan los civiles; los militares usamos uniforme (aquí iría un taco y el emoticono de cabreado).

Sobre las numerosas alteraciones con las que se tunea el uniforme podríamos estar hablando durante semanas; por este motivo y porque desgraciadamente ya me voy quedando sin fuerzas y empiezo a tirar la toalla en mi pretensión de que se use el uniforme con corrección, haré un breve resumen de los casos más sangrantes que me hacen daño a la vista cuando los veo, a ver si hubiera suerte y sirviera para que, al menos los que desconocen la norma rectificaran sus faltas de uniformidad. Sé que los del "porque yo lo valgo" ni leerán este incómodo artículo.

Para que no se me diga que hablo de normas que igual están ya derogadas, me voy a remitir a las últimas normas en vigor, tanto a la Orden Ministerial de Uniformidad para las FAs de 2016 como a un par de instrucciones generales del Ejército de Tierra de 2022.


PRENDA DE CABEZA

Empecemos de arriba abajo. En los últimos años ha aparecido de golpe una sorprendente moda de no descubrirse en el interior de un edificio. Aunque es algo muy generalizado, en La Legión es más acusado. Recuerdo más de una vez, al llegar los nuevos tenientes y sargentos procedentes de la academia, verlos en el pasillo esperando para presentarse con la teresiana en la mano. Al decirles que pasaran a mi despacho aparecían con la teresiana puesta en la cabeza. Al preguntarles si en la academia no les habían enseñado cómo presentarse a un superior en su despacho con la gorra en la mano me decían que "es que nos han dicho que en La Legión siempre se entra cubierto en los despachos". ¿De dónde habrá salido ese absurdo y falso mito? 

La Instrucción General 03/22 “Descripción y uso de los uniformes y prendas del Ejército de Tierra" dice en su apartado 9.12.1 que "como norma general, se permanecerá cubierto en el exterior y descubierto en interiores, se esté o no armado. En los actos que incluyan formaciones y se realicen en interiores, todos los asistentes se mantendrán cubiertos como si fuera en el exterior". Queda claro, si bien es cierto que esta IG modifica que en interiores se esté descubierto cuando se va armado, pues hasta 2022 se permanecía cubierto en interiores cuando se portaba arma larga (no, la pistola no se incluía).

Sobre el mito de que en La Legión se entra cubierto en los despachos, recuerdo el caso de un joven oficial que, por destino, fue a despedirse del General Jefe de la BRILEG y tuvo el valor de entrar en el despacho con la teresiana puesta. Anda que tardó mucho el General en decirle que qué carajo hacía cubierto en su despacho.


EMBLEMAS EN LAS SOLAPAS

Otro aspecto importante es la posición de los emblemas de las armas en la solapa de la guerrera o de la camisa de manga corta. El emblema debe ir horizontal y no alineado con el borde exterior de la solapa y sólo en la gabardina el emblema va inclinado, como muestran las siguientes imágenes extraídas de la IG 02/22 "Emblemas, divisas y distintivos en el Ejército de Tierra":




Ejemplo de emblemas mal colocados

PISACORBATAS

El pisacorbatas también es un complemento a destacar. No debe ser visible, salvo en la modalidad B del Uniforme de Trabajo, es decir, cuando se va en mangas de camisa con corbata. "El pasador de corbatas solo será visible con el uniforme de trabajo modalidad “B”, colocándose horizontal y a media altura de los bolsillos de la camisa. En él se ostentará el mismo emblema que le corresponda al portador para uso en las solapas del resto de uniformes, no pudiéndose portar otro distintivo o escudo".


 

CEÑIDOR 

El ceñidor de gala es también objeto de un uso no demasiado adecuado. Debe ir "descansando sobre los ganchos y con la hebilla entre el tercer y el cuarto botón de la guerrera caqui y entre el quinto y séptimo en la azul. Deberá ceñirse lo justo para que se mantenga horizontal, sin formar pliegues o arrugas en la guerrera". Cuando se incumple esto se da un aspecto bastante poco marcial.

En cuanto al de tropa, hay también un absurdo e infundado mito por el que algunos (muchos en algunas unidades concretas) creen que la tropa sólo usa el ceñidor de cuero negro para gala en formación, viendo en demasiadas ocasiones a algunos sin él yendo de gala. En la siguiente imagen se ve un caso que compendia él solito un montón de faltas de uniformidad además de no portar el ceñidor de gala, como son los emblemas de las solapas torcidos, las cruces del Mérito Militar repetidas o el sable de suboficial (recuerdo el artículo sobre el sable).


Podría seguir escribiendo durante horas sobre este asunto, como por ejemplo los pantalones súper arrugados en los tobillos que dan aspecto más de Cantinflas que de aguerrido militar, los complementos que se ponen algunos en el uniforme de etiqueta sobre todo en las bodas porque mola más, la creencia de que la mujer puede llevar indistintamente pantalón o falda con el uniforme azul de etiqueta cuando sólo puede llevar falda con este uniforme, el súper antirreglamentario grupo sanguíneo bordado en la cinta de identificación (galleta, para los que no leen las normas) del uniforme de campaña, las botas de campaña atadas con unos grandísimos lazos tipo Laura Ingalls en la Casa de la Pradera, las también antirreglamentarias botas civiles con el uniforme de campaña (punto 7.1 de la IG 03/22), etc.

Y ya si me pongo a escribir las formas de denominar a los uniformes, ya no acabo en toda la noche. ¿Tan difícil es aprenderse que una cosa es el tipo de uniforme y otra muy distinta la modalidad? No sé cuántas veces habré visto escrito en una norma o invitación para un acto: "Uniformidad. Modalidad A". Cuando leo eso no me queda más remedio que preguntarme si es uniforme de diario, de gala o de especial relevancia. Sé que es la modalidad A, es decir, de invierno, pero no me aclara nada más. Sabemos que en el ET da igual modalidad A, B o C en el uniforme de gala o en el de especial relevancia, pero resulta que, por ejemplo, los Cuerpos Comunes sí tienen diferencia entre una modalidad u otra en estos uniformes. De todas formas, lo que hay que especificar es el tipo de uniforme más que la modalidad, ya que ésta va marcada por el Comandante Militar de cada provincia según la época del año.

Que esa es otra, no podemos ir en manga corta (modalidad C) a un acto en el que los civiles asistan con chaqueta y corbata por mucho que en nuestra provincia ya estemos con uniformidad de verano. Así lo dice la IG 03/22 en su punto 8.4: "Con carácter general, se usará en sus modalidades “A” o “B” en los actos sociales civiles y ceremonias religiosas en las que proceda una vestimenta formal y en los de carácter castrense de cierta relevancia cuando por estar prevista la asistencia de autoridades civiles e invitados se tenga la certeza de que estos vestirán traje, o de forma expresa se exija el traje oscuro, independientemente de la modalidad estacional que rija en el lugar.

Y el tema estrella creo que es el del uso de los distintivos, tanto de permanencia, de título o de mérito que, o hay demasiado desconocimiento, que no creo porque es algo de lo que se habla mucho, o, simplemente, la gente pasa "porque yo lo valgo". Para hablar sobre los distintivos se necesita un monográfico que ya llegará.

21 abril 2024

DESMONTANDO MITOS. (I) Aspecto Físico.

La Real Academia Española (de la Lengua) dice en su tercera acepción que un mito es una invención, una fantasía. Vista esta definición no cabe duda de que el militar español es un gran forjador de mitos.

Hay cada vez más situaciones, dichos, acciones o ideas totalmente asentadas y normalizadas que se dan por buenas y por verdaderas cuando realmente no lo son. Y creo que el motivo es el desconocimiento del porqué de las cosas, el desconocimiento de lo que está reglamentado o ambas cosas. En el primer caso, hablamos de falta de interés por nuestra historia, por nuestras costumbres, por nuestra tradición y por conocer el fondo de las cosas; se investiga y se profundiza poco y nos alicatamos lo que va para el examen y listo. En el segundo caso estamos hablando no ya de investigar y profundizar, sino de que nos cuesta mucho hasta simplemente leernos normas, instrucciones o reglamentos cuando tratan de cuestiones que no nos interesan demasiado. 

Mis compañeros y, sin embargo, amigos y quienes han estado a mis órdenes y, a pesar de ello, siguen leyendo este blog, saben que siempre he sido un quisquilloso con estas cosas. Hay muuuuchos mitos en el día a día cuartelero y hoy vamos a ver algunos de ellos, pero teniendo en cuenta que ni están todos los que son ni son todos los que están. 

Uno de los aspectos en los que se dan mucho los mitos es en la uniformidad y en la policía del personal militar. Este es, por supuesto, el segundo caso, el de no leernos las normas porque no nos interesan demasiado. Pero, en defensa de quienes desconocen muchas de estas cosas, hay que decir que la normativa sobre uniformidad es muy farragosa con órdenes ministeriales, normas, instrucciones e, incluso, órdenes directas por simendef que obligan a tener almacenada una gran cantidad de documentos que, muchas veces, amplían o derogan parcialmente los anteriores por lo que si no eres un friki de la uniformidad es cierto que es difícil estar al día al no saber ya qué está en vigor y qué no.

En cuanto al aspecto físico nos podemos encontrar el caso, por ejemplo, de las pulseras. Este ejemplo no es uno de los casos en los que la normativa es ambigua, ya que está perfecta y claramente recogido en la Norma General 3/96 de Policía y Aspecto Físico del Personal Militar del Ejército de Tierra. En ella queda clarísimo que el hombre no puede llevar pulseras vistiendo uniforme, pues en su apartado 7.3 dice que se podrá usar una pulsera discreta y que no cuelgue (solo personal femenino). Ahora, que tan de moda está que los tíos lleven pulseritas, es de lo más habitual ver esta falta de policía y cuando se lo dices a alguno te mira con cara de qué está diciendo este dinosaurio. También es cierto que he de reconocer que últimamente ya no llamo la atención a nadie por eso no vaya a ser que, a pesar de su barba y de que mea de pie, me diga que le acoso porque se siente mujer...


Luego está el caso de quien sólo atiende a la norma cuando le conviene, como es el caso del pelo recogido en forma de coleta o trenza. Si bien es cierto que la NG 3/96 dice que, en el caso de la mujer, para actividades de Instrucción y Campaña o deportivas, el pelo podrá llevarse recogido en forma de coleta o trenza, existe una modificación a esta NG que dice que para actividades deportivas, se autoriza el pelo recogido en forma de coleta o trenza, cuya longitud no sobrepase la altura de la axila. Es decir, ya no vale lo de ir con coleta para instrucción y campaña, sino sólo para actividades deportivas. 






Pero también es cierto que este de la coleta es uno de esos casos farragosos en los que si buscas en la normativa te encuentras el documento original de 1996, y hay que irse a la Normativa del ET en la Biblioteca Virtual para encontrar el escrito (un antiguo mesincet) del 2º JEME del 21NOV12 en el que se difundía el anexo con la modificación a esta NG. Aún así hay quienes dicen que si no llevan coleta no se pueden poner el casco, pero claro, es que ya la misma norma dice que su longitud y peinado será tal que permita la correcta colocación de la prenda de cabeza y resulta que el casco... es prenda de cabeza. 

Sobre esto del pelo de las mujeres también están los que creen que debe ser del color natural de esa persona y que no puede estar teñido pues así lo interpretan de la NG cuando dice que el pelo será de color natural, pero la misma modificación aclara que el pelo será de un color natural, o sea, que puede ser pelo rubio aunque se sea morena y lo que no se puede es llevar el pelo azul, rojo o morado.

También sobre los tatuajes hay bastante confusión. Los tatuajes están permitidos y es un mito eso de que no se pueden llevar en partes visibles del cuerpo cuando se va de uniforme (brazos en uniforme de verano o piernas en uniformidad de deporte). La NG 3/96 no habla nada de tatuajes, pero un oficio de SEGENEME de 21MAY01 amplía esta norma general añadiendo un apartado sobre tatuajes autorizando el uso de los realizados con antelación a su ingreso en filas. También se autorizan los realizados con posterioridad al ingreso en filas, siempre que no contengan expresiones o imágenes contrarias a los valores de la Constitución, autoridades, virtudes militares o desdoro para el uniforme. Queda claro todo, salvo qué es desdoro para el uniforme, que me parece que es algo demasiado subjetivo.


En resumen, que la NG 3/96 da mucho juego a la hora de entretenerse viendo los mitos que hay sobre el aspecto físico en cuanto al pelo, al color de uñas, a la forma de los pendientes, a las patillas, a las barbas, a los anillos o a las gafas de sol.

También existen mitos en cuanto a la uniformidad propiamente dicha, como por ejemplo la colocación de distintivos de cursos, permanencias o mérito, que muchos se los ponen donde les da la gana, aún conociendo perfectamente las normas de uniformidad, y otros muchos ejemplos de los que hablaré otro domingo.





14 abril 2024

LA ESCALA ESPECIAL

Cada año el JEME determina una efeméride principal y una complementaria a celebrar en el Ejército de Tierra coordinadas por el Instituto de Historia y Cultura Militar, al que me honro de pertenecer. En 2024 la efeméride principal es el 50 Aniversario de la creación de la Academia General Básica de Suboficiales.

La AGBS se creó el 31 de mayo de 1974 para cumplir la La Ley 13/1974, de 30 de marzo, por la que se organizaba la Escala Básica de Suboficiales. Para todos los que hemos sido suboficiales es un gran honor que este año se conmemore la creación de la academia leridana donde aprendimos a querer con fervor a España, una virtud que adorna y ennoblece a un soldado fiel, a su historia y esplendor

A lo largo del año y, principalmente, en el mes de mayo se sucederán conferencias, exposiciones, presentaciones de libros, concursos, conciertos y actos; bueno, actos militares no, acto, porque sólo se ha autorizado uno... Esta conmemoración dará pie, por supuesto, a otros artículos de El Furriel ya que un hecho tan importante para el Ejército de Tierra —y para los otros dos ejércitos, que años más tardes copiaron la Escala Básica— no puede dejar de tener eco ni en el más humilde de los blogs. 

Y entonces, ¿de qué va a tratar hoy el Furriel? Pues hoy va a escribir de lo que dice el título: de la Escala Especial de Jefes y Oficiales del Ejército de Tierra (EEJOE), nombre con el que se creó, por la misma Ley 13/74, la escala que integraba a las antiguas escalas auxiliares, es decir, oficiales procedentes de los cuerpos de suboficiales.


No fue un cambio de nombre como ocurriría años más tardes por Escala Media (Ley 17/89), Escala de Oficiales (Ley 17/99) o Escala a Extinguir de Oficiales (Ley 39/07), en ella se integrarían en el futuro los Jefes y Oficiales procedentes de la Escala Básica de Suboficiales y los entonces Jefes, Oficiales y Suboficiales de las Escalas que se declaraban a extinguir que optaran por ingresar en la misma. Tales escalas eran:

Las Escalas Auxiliares de las Armas y Cuerpos de Intendencia, Sanidad, Veterinaria y Farmacia.

La Escala de Oficinas Militares.

 Las Escalas de Jefes, Oficiales y Suboficiales de la Agrupación Obrera y Topográfica.

Los Grupos de Auxiliares del Cuerpo Auxiliar de Ayudantes de Ingenieros de Armamento y Construcción.

Las Escalas de Suboficiales de las Armas y Cuerpos de Intendencia, Sanidad, Farmacia y Veterinaria.

Las Escalas de Suboficiales Especialistas

- La Escala del Cuerpo Auxiliar de Practicantes de Farmacia.

Un inciso para explicar a los jóvenes que lo desconocen que en esa época los oficiales se dividían en oficiales generales y oficiales particulares. Los oficiales particulares se dividían en jefes (coronel, teniente coronel y comandante) y oficiales (capitán teniente y alférez). Como todo tiene su porqué, de ahí viene que unos lleven estrellas de ocho puntas y los otros de seis o que unos lleven el sutás de la visera de la gorra de 9 mm y los otros de 6 mm. También viene de ahí llamarle curso de jefes al curso de ascenso a comandante.

Pero continuemos con el devenir de la EEJOE. La forma y condiciones de ingreso fueron cambiando con los cambios de normativa, así como el empleo con el que se obtenía el despacho al finalizar esta formación. En un principio se exigían seis años con el empleo de sargento cumplido, después se requerían dos años y, finalmente, podían incluso ingresar en la escala civiles por acceso directo. En cuanto al empleo obtenido a la salida de la academia —ahora cursimente denominada egreso— fue de alférez inicialmente, luego de teniente y de alférez después. Primero se pegaban diez años de teniente y después diez años entre alférez y teniente (cinco y cinco o seis y cuatro, como fue mi caso).

La Especial se convirtió tras su creación, hace ahora cincuenta años, en la escala esencial de la continuidad del mando y la máxima expresión de la experiencia en las unidades. Pasar de un curso de una duración inferior a una año escolar impartido en cada academia del arma de forma independiente a una formación de dos cursos escolares con el primero de ellos conjunto para los componentes de todas las armas y cuerpos supuso una gran revolución en la formación de los oficiales procedentes de suboficial. Estos oficiales, con una buena preparación interarmas y específica, eran los que en las unidades daban continuidad a la forma de ser de la unidad por los muchos años que solían estar destinados en ellas, sobre todo en los alrededor de veinte años entre alférez, teniente y capitán. Ejercían de antiguos aconsejando a los nuevos e inexpertos tenientes recién llegados y mantenían la esencia de la tradición de esa unidad por su larga permanencia en ella. Su veteranía les dotaba de la suficiente experiencia para el apoyo y asesoramiento al mando en las planas mayores. Las compañías de servicios, indudablemente difíciles de mandar por su heterogeneidad, solían estar al mando de un oficial de la Especial (media o de oficiales según la época).

Pero claro, como pasa tantas veces... si algo funciona para qué cambiarlo. Pero se cambió. Se decidió suprimir esta escala y hacer una integración con la entonces Escala Superior de Oficiales (anteriormente Escala Activa). Los que ya sumamos un montón de trienios —que poco suponen económicamente pero te recuerdan cada mes lo viejo que te estás haciendo— hemos sufrido varias políticas de personal; unas beneficiaban a unos o perjudicaban a otros, pero lo que se llegó a conseguir con la Ley 39/2007 fue sublime: se consiguió tener descontento a todo el mundo. No me digan que no tiene mérito...

El caso es que se perdió esa experiencia en las unidades que cada vez se echa más de menos. Creo firmemente que la integración de las escalas de oficiales y la extinción de la Escala Media no fue demasiado acertada. 

Eso sí, los que hemos pertenecido a la Escala Especial, Escala Media o Escala de Oficiales (la anterior), hemos podido disfrutar de la Milicia como nadie teniendo la oportunidad de hacer durante la inmensa mayoría de nuestra vida lo que nos impulsó a ser militares hace ya unas cuantas décadas: estar en unidades con tropa y las botas puestas. 

Pues bien, este es mi pequeño homenaje a esta escala que también cumple cincuenta años en 2024 y de la que nadie se acuerda. 



07 abril 2024

EJÉRCITO Y SEMANA SANTA

Bueno, pues ya se ha reincorporado El Furriel tras el permiso de Semana Santa —ahora llamado vacaciones, como los civiles—. Tal como amenacé el 4 de febrero en mi último ártículo ha llegado el 7 de abril y, habiendo sobrevivido a mi intensísima Semana Santa, aquí estamos de nuevo.

Como no puede ser de otra manera —o sí puede, pero no me apetece—, hoy hablaremos de la participación del Ejército en la Semana Santa. No, no voy a hablar de todos esos impresentables que se disfrazan con uniformes militares para escoltar a una imagen sagrada en las calles de su pueblo tras haber dejado sin existencias de Cruzcampo la tasca del barrio porque ya hablé de ellos en FRIKILEG. Voy a hablar de los militares de verdad, de los que voluntariamente desfilan en procesión representando a sus unidades contribuyendo a mantener la más pura esencia de la tradición española, le pese a quien le pese.

Hay que remontarse a la época de Carlos III para encontrar el origen de las escoltas militares a los cortejos organizados por las cofradías pasionales, si bien hay casos aislados que se remontan al siglo XVII. Estamos hablando de más de doscientos años en los que, salvo en un par de tristes épocas de gobiernos de enanos mentales, los militares hemos formado parte de la configuración estética de las procesiones de Semana Santa. 

Granaderos de Infantería de Marina. Semana Santa de Cartagena. Siglo XVIII.

Hay lugares en los que esta tradición es antiquísima, como el caso de Cartagena, donde las unidades de guarnición escoltaban las procesiones de las cofradías que ya existían, como la Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno o popularmente conocida como la de los Marrajos —la mía—, que es la más antigua y la primera que dispuso de soldados en sus desfiles pasionales en la ciudad y de las primeras en España. Pero no eran unas escoltas con carácter estético, realmente abrían y cerraban el cortejo proporcionando una seguridad disuasoria en una época en la que no siempre lo que representaba algo con carácter religioso tenía el necesario respeto de la gente. Hay que recordar que en aquella época el Ejército tenía misiones de orden público. 

Sin embargo, actualmente la escolta militar tiene sólo carácter estético e institucional. Incluso en los lugares con más fama y trascendencia mediática las cofradías recabaron la presencia de unidades militares para escoltar a sus titulares con carácter únicamente estético ya bien entrado el siglo XX. Hace media hora, más o menos...

Piquete de Infantería de Marina. Viernes Santo. Cartagena.

Escolta de Artillería. Martes Santo. Cartagena.

Pero claro, en estas cosas siempre hay quienes se preguntan por qué ellos no pueden tener sus escoltas militares con lo vistosas que quedan. Yo comprendo que en España hay cofradías que tienen tan poco tirón que necesitan de uniformes a su alrededor para ver si así tienen su minuto de gloria en el telediario de la televisión regional. Esto lleva a que cada vez haya más escoltas incluso en lugares en los que jamás en su historia ha habido unidades militares de guarnición en ellas. Esta distorsión del rigor histórico del motivo original de las escoltas militares ha llevado, por un lado, a que el Ejército —al menos el de Tierra— haya tenido que prohibir nuevos compromisos con cofradías y, por otro lado y consecuencia de lo anterior, que algunas cofradías hayan recurrido a hermandades de veteranos y pandillas de colegas disfrazados de militares de los que, como dije al principio, me niego a dedicarles ni una palabra más.

En cuanto a la configuración de las escoltas militares en las procesiones nos encontramos de todo: desde una simple escuadra de gastadores hasta una compañía entera con escuadra, banda y música. Todo depende de diferentes cuestiones en base al tipo de ciudad, al tipo de procesión, a lo que se escolta o a la pasta que tiene una cofradía para pagar los gastos que se originan. Porque no olvidemos que desde que la difunta ministra Chacón lo reguló, los gastos originados por una escolta militar a una cofradía corren por cuenta de ésta.

Respecto a la unificación de criterios en cuanto a cómo debe ser una escolta o piquete en Semana Santa, no hay tal unificación. Hay lugares en los que un Viernes Santo, escoltando a un Cristo Yacente, se desfila con arma a la funerala y otros en los que se desfila sobre el hombro. En unos lugares se visten de gala, en otros de especial relevancia, en otros de diario y en otros, aunque parezca mentira, en uniforme de campaña; sí, con medallas, galas, cordones, manoplas y demás alteraciones de ese uniforme que lo hacen más molón, pero a fin de cuentas uniforme de campaña.

Hay lugares en los que el piquete lleva su propia música o banda de guerra y otros en los que desfilan a los sones de una banda civil. Este segundo caso es la consecuencia de la época del boom procesionil de hace unos treinta años en los que todo valía con tal de salir en procesión y de que al jefe de unidad le hicieran mayordomo, hermano de honor o cualquier otro título cofrade. 

También hay vinculaciones con cofradías de pueblos en los que, aunque no hubiera unidades de guarnición, sí son zonas habituales de ejercicios y maniobras, por lo que al final nace esa relación. Hay que reconocer, porque así lo he comprobado personalmente durante mis años de Legión, que algunas de estas cofradías llegan a vincularse de tal manera con esa unidad militar que, al final, la procesión de Semana Santa es solo una parte mínima de la vinculación de ese pueblo con ella. Tal es el caso, como muchos otros, del pueblo de Olula del Río (Almería), que no puedo dejar de mencionarlo y que está extraordinariamente hermanado con la Bandera de Zapadores de La Legión como consecuencia de la vinculación a su Cofradía del Cristo de la Buena Muerte. Indescriptible el cariño de este pueblo a la BZAPLEG. 

La BZAPLEG en la ermita del Cristo de la Buena Muerte en Olula del Río

También hay que hablar, por curioso, del caso de la vinculación de las cofradías, sobre todo de la cartagenera Cofradía California —mi eterna rival, con cariño— con las Fuerzas Armadas. El Martes Santo en Cartagena es el día castrense por antonomasia. Los tres apóstoles San Pedro, San Juan Evangelista y Santiago se trasladan, tras el arriado de Bandera y el toque de Oración, desde el recinto militar al que están vinculados hasta la iglesia de Santa María, desde la que saldrán en la procesión del Prendimiento el Miércoles Santo. 

San Pedro en el Arsenal Militar.

San Juan Evangelista en el Parque de Artillería.

Santiago en el Gobierno Militar.

San Pedro sale desde el Arsenal Militar, en el que, incluso, estuvo dado de alta como operario con el nombre de Pedro Marina Cartagena. El Almirante le dirige unas palabras autorizándole a salir de franco de ría —de paseo— hasta la medianoche del Miércoles Santo. Como siempre regresa tarde porque la procesión termina de madrugada, el Almirante lo arresta hasta el Martes Santo del año siguiente. San Juan sale del Parque de Artillería, actual sede del Museo Histórico Militar, donde vive todo el año en su capilla y donde también estuvo contratado en sus talleres como personal civil laboral con el nombre de Juan Zebedeo Salomé; en este caso el Jefe del Parque le despide sin aplicación del Régimen Disciplinario. Por último, Santiago sale desde el Gobierno Militar, donde lo despide el Jefe del RAAA nº 73 y Comandante Militar de la provincia de Murcia. En los tres casos los tronos de los santos van escoltados, respectivamente, por una sección de Infantería de Marina y por sendas escuadras de batidores del RAAA 73. Pero como una imagen vale más que mil palabras, en este enlace se pueden ver las tres salidas del peculiar Martes Santo cartagenero. 

Y el fondo de todo esta cuestión es que ya no es sólo cosa de las cofradías, sino que es el propio pueblo el que lo quiere y es en este pueblo en quien los piquetes y escoltas militares levanta mayor pasión. En fin, que aunque hay a quien no le gusta que el Ejército participe en las procesiones de Semana Santa, es algo tan sumamente asentado en el pueblo español que espero que sigan quejándose muchos siglos más y que sigamos disfrutando, con las peculiaridades de cada ciudad, de la tradicional vinculación de las Fuerzas Armadas con la Semana Santa de España.


Martes Santo de 2024.