23 julio 2023

LA GUERRA NO ES MISERIA

 Esta mañana, como cualquier otra, he procedido al ritual de mi aseo. Una parte esencial de ese ritual es el afeitado; y es un ritual, al menos, para los que nos afeitamos a diario.

En mi época de paraca tenía yo un capitán que cuando por las mañanas nos veía afeitándonos de cualquier manera en el campo estando de maniobras, siempre decía con voz firme "venga, que la guerra no es miseria".

Creo que todas y cada una de las mañanas desde aquella época, al afeitarme, he recordado a mi antiguo capitán diciendo esa frase que tanto fondo tiene.

Los que hemos estado destinados en la Brigada Paracaidista, donde había que afeitarse a diario, incluso, estando de maniobras, lo tenemos más o menos claro, pero... ¿es realmente así para todo el mundo o salir al campo supone dejarse totalmente?


Yo siempre he pensado que eso que decía mi capitán era totalmente cierto. Ir a la guerra, entrar en combate, en fin, liarte a palos con el enemigo, no tiene por qué ser motivo para ir sucio y desaliñado.

Dentro de las posibilidades que te da la vida en campaña, y más con la velocidad de la guerra actual, el militar debe ir vestido y aseado lo máximo posible. Un cacillo de cantimplora y un poco de agua y unas toallitas húmedas (el gran invento del hombre) son más que suficientes para asearse de una forma más que decente.

No, no se trata de vestirse de gala, tampoco es eso; se trata de que, además de serlo hay que parecerlo. Unas veces podrá uno afeitarse y otras no, pero la actitud debe ser de ir adecuadamente vestido dentro de las posibilidades. ¿Puede haber algo que denigre más a tu enemigo que le hagas prisionero yendo tú bien afeitado y bien aseado? Bien afeitado y bien aseado dentro de las posibilidades que te da la vida en campaña, está claro.

La guerra es muy larga y las maniobras también, por eso hay tiempo para todo. Hay momentos en los que el fragor del combate nos impide hasta parar a comer, pero hay otros momentos en los que se está parado. Estos momentos, en los que se está parado, son momentos para descansar y para asearse.

Pues eso, que la guerra no es miseria...