05 mayo 2024

DESMONTANDO MITOS (III). Orden Cerrado Individual.

 A riesgo de ser pesado, pero teniendo en cuenta que desmontar mitos da para muuuuuucho, hoy El Furriel intentará desmontar algunos mitos sobre el Orden Cerrado individual. Antes de empezar la retahíla de incomprensibles situaciones que se ven en el día a día, convendría dar un repaso al artículo del pasado mes de julio sobre las generalidades del Orden Cerrado centrándonos en aquella idea de "no vale eso de que nosotros nos preparamos para la guerra. Eso lo pueden decir los mediocres que son incapaces de ser buenos en todo y que se conforman con querer ser buenos sólo en una parte de sus cometidos. Para ser el mejor soldado de la Patria, hay que querer ser bueno en todo, incluido en el Orden Cerrado".

Debemos tener presente también que no se trata de sacar defectos, sino de describir posiciones que no se ajustan a los reglamentado sin saberlo (o sin querer saberlo) y que se han convertido en un mito, es decir, en una creencia de que es así como se deben hacer las cosas.

Este tema da para mucho, pero iremos paso a paso y empezaremos por lo primero que nos enseñaron en nuestro primer contacto con la Milicia incluso antes de pasar por el Almacén de Vestuario a recoger nuestros uniformes. El FIRMES ha sufrido una evolución con los años que ha derivado, muchas veces, en una extraña postura a la que no tengo ni idea de cómo se ha llegado y de cómo es posible que se mantenga con toda naturalidad como si fuera una forma correcta de estar en esta posición. La  PG-00 ORDEN CERRADO explica perfectamente cómo debe adoptarse esta posición, tal como se muestra en la siguiente imagen:

De todos los principios que el reglamento dice que deben observarse al adoptar la posición de Firmes, destacaremos dos: 

- Las puntas de los pies, simétricamente abiertas, para que éstos formen un ángulo de unos cuarenta    y cinco grados.

- Las manos, entreabiertas, con las palmas hacia adentro, tocando con la punta del dedo índice la costura del pantalón o sitio análogo. Los dedos, semiflexionados y unidos, salvo el pulgar, que estará  naturalmente extendido, estableciéndose un ligero contacto entre las yemas de éste y del índice.

Como una imagen vale más que mil palabras, pondré algunas fotos de casos que nos chocarán porque jamás habremos visto casos de estos... seguro.

  
  

En las tres imágenes anteriores se aprecia que los brazos caen con naturalidad sin llevar la mano al costado o, cuando sí están en su lugar, lo están con las uñas hacia atrás. La última, la de los brazos caídos sin llevarlos al costado, refleja un defecto muy corriente que da imagen de poca marcialidad. Igual de corriente es juntar las punteras de las botas haciendo desaparecer el ángulo de 45º que deben formar, dando más aspecto de bailarina que de soldado:



Con el arma al brazo se tiende a veces a exagerar la forma de colocar el fusil. La PG-00 lo deja muy claro en la primera foto, pero a pesar de eso se ve demasiado frecuentemente la posición de las otras dos fotos en las que se encoge el brazo elevando demasiado el fusil rompiendo la estética de toda la unidad con unos fusiles más altos que otros (además de un innecesario cansancio del brazo).



También la posición de DESCANSO se ha convertido en un mito.  La PG-00 explica cómo debe ser: "Sin modificar la situación del pie izquierdo ni la dirección del pie derecho, se llevará éste atrás y un poco a la derecha, de forma que los talones queden a un pie de distancia, manteniendo las piernas extendidas con naturalidad, cargando el peso del cuerpo por igual sobre ambos pies y conservando la línea de los hombros al frente. Simultáneamente, la mano izquierda, entreabierta, se colocará delante del cuerpo con la palma hacia él; sobre su dorso se pondrá la palma de la mano derecha con los dedos unidos, rodeando el borde inferior de la mano, en tanto que los brazos permanecen caídos por su propio peso". Podemos observar en demasiadas ocasiones el mito de que el descanso se hace con los dos pies a la misma altura y que los brazos quedan encogidos a la altura del ceñidor (y a veces incluso por encima de éste). Lo mismo ocurre con armamento actualmente, porque es más difícil que ocurra con el CETME C o el mosquetón, ya que al tenerlo apoyado por su cantonera en el suelo no queda más remedio que echar el pie derecho atrás (si se hace  bien el movimiento, claro).





Nunca he podido soportar ver al soldado-niñera, el que acuna el fusil con los brazos como si de un bebé se tratara. Esta moda de hacer así el descanso ha llegado a cuajar tanto que en mis últimos destinos en unidades de la Fuerza he intentado corregirlo, pero me costaba conseguirlo porque al minuto volvían por querencia a la misma posición de brazos encogidos. 

Creo que la mayoría de estos mitos son un problema de base, ya que en muchos casos no son vicios adquiridos con el tiempo, sino aprendidos así desde el primer momento en el centro de formación o academia. Y creo firmemente que es así porque muchos de estos mitos se ven en las propias academias actualmente; es decir, hasta los profesores creen que se hacen así las cosas. 

Es el caso que me ocurrió al llegar destinado a una unidad en la que se usaba el sable al ascender a Comandante. Como en todos mis empleos de oficial había estado en La Legión y en Paracaidistas no recordaba los movimientos con el sable, pues desde mi Entrega de Despachos en la AGM sólo lo había usado para los arcos de sables en las bodas, por lo que me cogí el entonces Reglamento de Orden Cerrado en vigor y refresqué los movimientos.

El primer día que cogí al Batallón para una sesión de Orden Cerrado me di cuenta de que todos los tenientes y un par de capitanes hacían el descanso como los marinos, es decir, con el sable casi vertical. Al decirles que colocaran bien el sable en la posición de descanso —la hoja apoyada sobre el antebrazo izquierdo—, me dijeron que en la academia se lo habían enseñado así. Y debe ser verdad, porque rápidamente me fui a buscar vídeos de YouTube de juras de Bandera y entregas de despachos y realmente la mayoría de los protos tampoco apoyaba la hoja del sable sobre el antebrazo. En resumen, que alguien ha creado un mito que se ha institucionalizado, pero al que nadie ha puesto solución.

"A partir de sable “al hombro” se adoptará la posición de “descanso sin armas”, salvo que la mano izquierda queda sobre la derecha, la hoja descansa por el filo, en su parte media, en el brazo izquierdo..."


En cuanto al saludo haría falta un monográfico para describir las innumerables y casi todas erróneas formas de saludar. De hecho, ¿hay alguien que salude de forma totalmente correcta...? 

"Se levantará rápidamente la mano derecha extendida y con los dedos unidos hasta que las yemas de los tres dedos centrales toquen el extremo derecho de la visera o parte análoga de la prenda de cabeza. El codo se flexionará y separará del cuerpo adelante y a la derecha lo suficiente para que la mano y el antebrazo queden en línea y con una inclinación de unos cuarenta y cinco grados".


Y otro aspecto del que hay que hablar es la flexión de la rodilla ante la salida a paso ligero. Antiguamente se flexionaba la pierna izquierda tras la voz preventiva de de frente paso ligero, pero la actualización del Reglamento de Orden Cerrado de no recuerdo si 1996 o 1997 la modificó pasando a ser la rodilla derecha la que debía flexionarse. Y tiene su lógica porque si vamos a salir corriendo echando el pie izquierdo adelante lo natural es apoyar el peso del cuerpo sobre la pierna derecha en posición de empezar una carrera. En carreras si salimos con el pie izquierdo, la pierna adelantada y flexionada es la derecha. 

Bueno, pues aún hay algunos, muchos de los cuales no habían nacido o al menos no habían hecho ni la Primera Comunión en 1997 cuando se modificó esto, que siguen flexionando la pierna izquierda. ¿Motivo? Pues que en España se lee poco. Lo mismo que leen poco los que siguen ordenando a cubrirse —también cambiado por alinearse en aquel mismo reglamento— o siguen dando novedades de cubierta y alineada la compañía sin novedad, que ya es casi como dar novedades en castellano antiguo o en latín.

Seguro que el lector podría encontrar más cosas de las que hablar hoy y aquí, pero yo creo que esas otras cuestiones podrían ser catalogadas como errores y defectos en su ejecución más que como mitos.

La semana que viene hablaremos más de Orden Cerrado; más concretamente del referido a los desfiles y paradas militares, que ahí sí que hay mucho mito pues la normativa no está excesivamente clara en algunos casos.