16 julio 2023

EL ORDEN CERRADO

 Soy un convencido de que el Orden Cerrado es una disciplina tan necesaria como la formación táctica, la formación física o la formación técnica, pues es la actividad conjunta que infunde y materializa algunos valores que no se pueden adquirir y alimentar sólo con el resto de actividades de la instrucción del militar y del adiestramiento de las unidades. El Orden Cerrado, sin duda, sirve para fomentar la disciplina, el compañerismo y el espíritu de equipo.

Para crear La Legión, el Teniente Coronel Millán-Astray tuvo una gran influencia del maestro de samuráis Miyamoto Musashi, quien en su libro Los Cinco Anillos consideraba que “se vuelve más fácil hacer cualquier cosa cuando llegas a no tener nada en tu mente”; este es el concepto que le da a la repetitiva instrucción de Orden Cerrado la valía como método para conseguir el automatismo en el cumplimiento de las órdenes.

Siendo conscientes de que la instrucción de Orden Cerrado se vuelve en muchos casos tediosa y muy poco atractiva, debemos ser conscientes, también, de que sin ella es imposible alcanzar un nivel satisfactorio de desfile en una unidad. Es imposible desfilar bien si no se hace casi nunca instrucción de Orden Cerrado y, claro, luego se ve lo que se ve por ahí…

Cuando se ve a una unidad militar, sea del ejército que sea, desfilar mal, es difícil creer en su prestigio como una unidad preparada y puntera; más bien, al contrario, acaba uno pensando en la desidia del personal que la compone y en las pocas ganas de hacer bien las cosas. Sin embargo, cuando se ve una unidad que rebosa marcialidad y hace bien las cosas, es muy fácil creer en ella como una buena unidad; nadie pone en duda su prestigio. Y el prestigio de una unidad es muy importante, ante los españoles y… ante el enemigo.

Una unidad militar en parada o desfile debe rebosar marcialidad, arrogancia, ciega y feroz acometividad o, dicho de forma más coloquial, chulería; que se vea claramente que esa unidad va a comerse el mundo. Es imposible creer que se va a comer nada una unidad en la que sus componentes se mueven, están cabizbajos, con el pecho caído, no bracean con energía o se salen de formación porque “están muy malitos”
Pues bien, todo esto se consigue con instrucción, instrucción y más instrucción. No vale ensayar uno o dos días antes de una ceremonia militar; hay que ser metódico para que el esfuerzo durante el desarrollo de las sesiones de Orden Cerrado dé sus frutos.

También es fundamental tener en cuenta que la efectividad del Orden Cerrado no se conseguirá jamás, y sólo se perderá el tiempo, si los cuadros de mando no conocen perfectamente las publicaciones doctrinales y reglamentos sobre esta materia. Se ven unidades que piensas que mandándoseles como se les manda es imposible que lo hagan bien.

Tampoco olvidemos que el Orden Cerrado es la formal carta de presentación de una unidad militar ante quienes no ve al soldado en su trabajo diario. Nadie ve al militar cuando está de maniobras, de misión en el extranjero, pasando calor o frío en el campo o trabajando toda la noche en la preparación de un tema táctico. Es ahí, en los desfiles y paradas, cuando damos la oportunidad al español de demostrar el orgullo que siente por sus ejércitos; sería injusto despreciarles no dándoles, con toda la brillantez, lo que quieren ver.

En definitiva, que no vale eso de que “nosotros nos preparamos para la guerra”. Eso lo pueden decir los mediocres que son incapaces de ser buenos en todo y que se conforman con querer ser buenos sólo en una parte de sus cometidos. Para ser el mejor soldado de la Patria, hay que querer ser bueno en todo, incluido en el Orden Cerrado.