06 agosto 2023

LA REVISTA DE COMISARIO

Ahora que ha empezado agosto me ha venido a la cabeza el recuerdo de las revistas de comisario que se pasaban antiguamente, irremediablemente, del 1 al 5 de cada mes en todas las unidades y era el acto por el que se comprobaba la existencia del personal integrante de cada unidad para justificar la nómina y el pago de los haberes. El personal podía estar en las situaciones de PRESENTE, COMO PRESENTE o AUSENTE, en función de que se encontrara, respectivamente, presente en la unidad, fuera de la unidad por motivo justificado o en paradero desconocido. La Revista de Comisario quedaba documentada, hasta hace muy poco tiempo, en la Lista de Revista. 

La Revista de Comisario tiene sus orígenes en tiempos de los Reyes Católicos, cuando se pasaban revistas periódicamente a las tropas del Rey con la finalidad de inspeccionar y pagar a los soldados, así como contabilizar el ganado, pertrechos y armamento. Con la creación del Cuerpo de Comisarios de Guerra en época de Felipe V la ejecución de este acto administrativo recayó en los Comisarios de Guerra. De ellos viene el nombre que ha perdurado hasta nuestros días de Revista de Comisario, que pasó a realizarse mensualmente. Posteriormente, las funciones de los antiguos Comisarios de Guerra y, entre ellas, la de pasar la Revista de Comisario, las comenzaron a desempeñar los miembros del Cuerpo Militar de Intervención. 

En las unidades era la S-1 de las PLMM,s la que, en base a las novedades de las compañías, elaboraba directamente la Lista de Revista en esos primeros cinco días del mes y era firmada por el Jefe de Unidad, para luego ser visada por el Interventor correspondiente. Las revistas de comisario estuvieron vigentes hasta 2014. Actualmente, con los sistemas informáticos, hay otros mecanismos para el control del personal (SIPERDEF) y del material, ganado y armamento (SIGLE), han dejado de ser necesarias las listas de revista, aunque muchas unidades siguen haciéndolas sin que ya las vaya a visar ningún interventor. 


¿Pero qué pasaba con el personal que no se encontraba presente en la unidad? Pues si estaba presente, se reflejaba en la columna P (presente). Si estaba "desaparecido", es decir, era falta a lista, abandono de destino o desertor, se reflejaba en la columna A (ausente y éste no cobraba ese mes). Y si estaba fuera de la unidad autorizado (comisión de servicio, permisos, etc) se reflejaba en la columna CP (como presente, es decir, no está presente, pero como si lo estuviera).


Pero claro, en una época en la que no había móvil, ni correo electrónico y, en algunos pueblos, ni teléfono, era necesario saber si el que figuraba en CP estaba realmente vivo y se encontraba donde debía encontrarse. Por ello, cuando un militar estaba fuera de su lugar de destino, al inicio de cada mes debía presentarse ante las autoridades pertinentes para demostrar su existencia. La autoridad en quien recaía la responsabilidad de la Revista de Comisario era el Gobernador Militar de la provincia y, por delegación suya, en los alcaldes y puestos de la Guardia Civil de los municipios de esa provincia, para los militares que no se encontraran en la capital. Como se puede ver en la siguiente foto, debían remitir al Gobierno Militar, no más tarde del 6 de cada mes, la lista de los militares que allí se hubieran presentado; a continuación el Gobierno Militar informaba a cada unidad de la situación del personal transeúnte.

                      

Y aquí es donde empieza mi recuerdo de la Revista de Comisario: durante mis permisos (ahora llamados vacaciones) académicos. Te ibas de permiso de la academia, debidamente autorizado y, si no debías quedarte algunos días arrestado en corrección, por supuesto, pasabas a ser un CP (como presente), pero en algún sitio debían certificar que, realmente, estabas donde en la academia habías dicho que ibas a estar. Para eso en uno de esos primeros días del mes, te ponías el uniforme, te presentabas en el Gobierno Militar y firmabas como que habías pasado allí la Revista de Comisario. Esto ocurría durante el permiso de verano (principio de julio y de agosto) y durante el de Navidad (principio de enero). En ambos casos servía para quedar con los compañeros de academia de tu ciudad y, después de pasar la revista, darte una vuelta por los bares de moda a tomar un aperitivo vacilando de uniforme. Bares en los que, por cierto, coincidías con los guardiamarinas, con los cadetes gaviotos y con los cadetes de la AGM (la Armada y el EA no tenían aún academias básicas de suboficiales en esos años de mi juventud académica) que también habían ido a pasar la multisecular Revista de Comisario.

Aunque la Lista de Revista estuvo vigente hasta hace muy poco, fue ya a finales de los 80 del Siglo XX cuando quedó en desuso ir a pasar la Revista de Comisario al Gobierno Militar correspondiente al principio de cada mes.