20 agosto 2023

ARCOS DE SABLES

Poco hace falta decir para poner en situación al lector sobre qué es un arco de sables en la boda de un militar, pues creo que todos los hemos visto y, en muchos caso, hemos participado en ellos.

Es esta una ceremonia que se realiza en España desde no sé exactamente cuándo (no encuentro datos anteriores a la boda de los príncipes Juan Carlos y Sofía en 1961), pero que tiene asentada la costumbre en los ejércitos de otros países como, por ejemplo, el británico o el estadounidense desde principios del siglo XX, como mínimo.

 

Sea cuando fuera que se importara en España esta bonita costumbre, ha tomado en los últimos años un cariz que merece, desde luego, algunas reflexiones.

Empecemos por saber qué es un sable; pero no me refiero a su definición, sino a qué es (o debería ser) el sable para un militar. 

Según la Orden Ministerial DEF/1756/2016, de 28 de octubre, por la que se aprueban las normas de uniformidad de las Fuerzas Armadas, en su Norma 94.ª se clasifican las divisas militares en divisas de empleo y divisas de categoría. Las divisas de empleo están claras, espero...

Sin embargo, me temo que no queda tan claro para todos qué son las divisas de categoría. Según la Orden Ministerial citada, las divisas de categoría "son aquellos símbolos o prendas que sin representar el empleo del militar sí representan su categoría complementando a las divisas de empleo. Lo constituyen atributos varios como las palmas y ramas para galletas y viseras de las prendas de cabeza; bastones de mando, fajines y SABLES; entorchados, serretas, galones y sutases en mangas de uniforme, laterales y frontal de los gorrillos". (Otro día escribiré algo sobre el error de llamar fajín a la faja)

Es decir, el sable es una divisa que determina a qué categoría pertenece quien lo porta. Esa categoría, en las Fuerzas Armadas Españolas, es la de General, la de Oficial o la de Suboficial, que son las categorías cuyos componentes tienen asignado sable. El sable, por tanto, tiene la misma clasificación que la faja roja de los generales o el bastón de mando de los coroneles de los regimientos. 

Además del aspecto normativo, el sable siempre ha tenido un valor sentimental para el oficial o el suboficial. Cada uno siempre ha tenido "su" sable, incluso con nombre y apellidos o número de filiación grabados. El sable siempre ha sido algo muy personal, como las cosas de montar, que jamás debían prestarse (la pistola, el caballo y... los más veteranos lo entenderán). De hecho, en las academias se hace, de forma más o menos solemne, el acto de entrega de sables, pero no se hace un acto de entrega de trinchas, de mochilas o de fusil, porque no tienen el valor sentimental que tiene el sable.

Yo, con hermano y primos militares, me considero un grandísimo afortunado al ser el heredero y custodio de los sables de mi abuelo y de mi padre.

Por cierto, en época del Servicio Militar existía en cada furrielería un par de sables para los alféreces de IMEC que llegaran destinados a esa compañía para su uso durante su tiempo en filas, ya que a ellos no se les daba sable por ser eventuales y por el alto precio que tenían. 

Pero volviendo al asunto de los arcos con sable en las bodas, nos encontramos, cada vez más, a montones de militares que, sin ser de categoría a la que le corresponde sable, forman parte de los arcos de compañeros. Yo comprendo que a muchos les puede gustar el arco el día de su boda, pero ¿no molaría más si, además del sable, se pusieran también todos faja de general? ¿No sería lo mismo que si un colega de otra unidad pidiera a un legionario el chapiri para una boda porque mola más?

Sobre lo que no voy a hablar, al menos hoy, es sobre esa relativamente nueva y chabacana costumbre de golpear con el sable el sable del de delante y de dar un palo a la novia en el culo con el sable del último de la fila o sobre los que elevan al máximo concepto el espíritu de compañerismo llevando uno el sable y otro la vaina... Sobre lo que sí escribiré otro día es sobre la gran abundancia de faltas de uniformidad que se ven en las bodas, tanto en el novio como en los invitados, en las que muchos se ponen o se quitan lo que les da la gana del uniforme.

La siguiente es una curiosa foto en la que en la boda de un oficial, del que no localizo su país, le forman el arco sus marineros con sus lepantos (o como se llame esa prenda de cabeza en ese sitio) ya que no tienen sable y, en aquella época, ni de coña un oficial o un suboficial iba a prestar a nadie su sable para una boda:

Y lo gordo del asunto es que se han contagiado otros estamentos en los que, sin existir el sable para ellos, lo usan en las bodas:


Ya solo falta por ver a civiles haciendo arcos de sables; sables prestados por oficiales y suboficiales, por supuesto...

N. del A.: Siento ser tan directo y espero no haber molestado a nadie, pero creo que esto se ha ido de madre y hace perder el verdadero significado de las cosas.



6 comentarios:

Anónimo dijo...

La certeza debe ser tan veraz como la nobleza lo es la pureza. Cuando se ama lo que se quiere se muere por lo que se debe. Bien mentáis la verdad Furriel, para los que la conocen y y para los que deban conocerla.El sable rmuestra lo que debe representar: El honor de haberlo ganado y el deber de morir por lo jurado, así lo reconocerá siempre la Patria y así lo deberían tener en cuenta aquellos que no merecieron ese mérito: Si quieren ser espadachines de celebraciones romescas, que usen escobas y floretes venecianos y si no les llegara el partné pueden usar aperos pueriles o astas de lanza tudesca, eso si, no con empuñaduras labradas por el mérito y si por aprendices de artesano...una boda nunca será ni un duelo ni un combate y menos un acto donde lucir lo que no se ha ganado por merecimiento. Que viva Dios nuestro Señor y tambien los romescos julietos, pero eso si, respeto y honra para nuestros bien ganados aceros.LSH.

ETerAnd dijo...

Lo mejor de toda la entrada de hoy es tu comentario. Me embobo leyéndote. Gracias.

Escala135 dijo...

Y no hay nada que hacer.

José Antonio dijo...

Me parece muy acertado tu artículo.
Describes a la perfección la norma y la costumbre.
Como suboficial del Ejército, nunca he visto con buenos ojos que tanto soldados como guardias civiles o policías, usen el sable en los citados eventos.
Como dice "Anonimo", que hagan el arco con otro objeto personal o de su empleo, pero nunca con un arma que no se les ha sido concedida por derecho.
Muchas gracias por reflejar por escrito lo que, seguramente, muchos pensamos.
Por cierto, la respuesta de "Anónimo" me parece sublime.
Eso pienso.

PEPE BARON HIDALGO dijo...

En 1930 en el periódico "Telegrama del Rif" sale una imagen de la señorita Maria de los Milagros Tome Donis, hija del comandante médico y vocal de la junta municipal, don Baltasar , con el bizarro teniente de Artillería Rafael de Antonio Morales, bajo los sables en pabellón de los compañeros del novio, después de contraer matrimonio. Le adjunto el enlace.
https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1000176027&posicion=1&presentacion=pagina

ETerAnd dijo...

PEPE BARON HIDALGO, muchas gracias por su interesante apunte.

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