07 enero 2024

LA PASCUA MILITAR

Ayer, 6 de enero, celebramos la Pascua Militar. Todos hemos leído y oído muchas veces el motivo por el que el rey Carlos III instauró su celebración. Casi siempre hemos leído, incluso en documentos oficiales, que el 6 de enero de 1782 los ejércitos de España recuperaron Menorca del dominio inglés. ¿Pero realmente fue así? Pues no del todo. Veámoslo de forma muy resumida.

Desde agosto de 1781 los 52 buques que componían la escuadra franco-española, distribuidos en tres sectores, desembarcaron tropas y mantuvieron un hostigamiento constante, pero débil. Ni desde el mar ni desde tierra la potencia de combate era suficiente. 

Como consecuencia de los refuerzos franceses de finales de octubre, a partir de noviembre la artillería sitiadora se dedicó a debilitar, sin prisa pero sin pausa, el fuerte de San Felipe, en Mahón, reducto último de los ingleses. En enero de 1782 se intensifica el bombardeo al castillo que duró hasta el 4 de febrero, fecha en la que los ingleses presentaron un primer acuerdo de rendición como consecuencia de la falta de alimentos y el incremento de enfermedades entre los sitiados. El acuerdo final de rendición fue aceptado por ambas partes el 5 de febrero y firmado el 6. Es decir, Menorca no se recuperó el 6 de enero, como casi todos creemos, sino el 6 de febrero. En algunos documentos se considera el día 7, ya que es el primer día en que la dominación española fue plena.

Pero entonces, ¿por qué Carlos III decidió que la Pascua Militar se celebrara el 6 de enero? Pues hay que tener en cuenta, en primer lugar, que Carlos III consideró que para defender su imperio, asediado por Inglaterra, necesitaba disponer de un nuevo ejército y una marina con capacidad para responder a las necesidades bélicas de la época. Para lograr este objetivo, aprobó en 1768 una nuevas Ordenanzas Militares que proporcionaron un renovado espíritu y una organización más eficiente de sus tropas. 

La victoria frente a los ingleses en Menorca le colmó de alegría y, para demostrar su satisfacción y reconocer los éxitos a sus tropas, decidió que se celebrara la Pascua Militar. 

Debido a ese nuevo espíritu y estilo de mando en sus ejércitos, quería que, al menos un día al año, el agasajado no fuera el Rey, sino que fueran sus tropas. Él cumplimentaría a sus oficiales y éstos a la tropa. Los oficiales se reunían y era el monarca, o la autoridad que lo representaba en las plazas fuera de Madrid, quien salía a saludar, felicitar o simplemente a mantener una charla con los militares reunidos. Por la noche se celebraban banquetes para la tropa ofrecidos por los coroneles de los respectivos regimientos donde el verdadero protagonista y homenajeado era el soldado.

Con motivo de esta celebración se concedían títulos nobiliarios, ascensos, condecoraciones, regalos y  a los huérfanos de militares se les concedía plaza en un regimiento o en una academia militar. ¿Hay acaso mejor día para celebrar estos actos de regalos que el día de Reyes? Pues este es el verdadero motivo de que la Pascua Militar se celebre el 6 de enero, aunque el origen de la celebración fuera la victoria ante los ingleses en febrero de 1782.

Pero la Pascua Militar, tal como la ideó Carlos III, tuvo su final con Fernando VII quien, al sólo fiarse de su Guardia Real y desconfiar del resto del Ejército, limitó el agasajo a los oficiales de dicha Guardia suprimiéndolo en el resto. Fue a partir de este momento cuando la celebración adquirió un carácter más similar al actual, con el que el Rey, o las autoridades militares que le representan, felicitan la Pascua Militar a los jefes de unidades y comisiones, pero ahí queda la cosa sin trascender a la tropa, habiendo perdido totalmente la esencia de la idea original de Carlos III.

Actualmente la Pascua Militar sólo constituye un solemne acto castrense con el que se inicia el año militar. En él se realizan discursos con el balance del año anterior y se marcan las líneas de acción que se desarrollarán en el que comienza.