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Hablar pocas veces de la profesión militar es una de las pruebas de gran desidia e ineptitud para la carrera de las armas. (Del art. 14 de las RR.OO de las FAs)

30 junio 2024

CASCO AZUL, SOLDADO ESPAÑOL (II).

 La semana pasada, en CASCO AZUL, SOLDADO ESPAÑOL (I) terminaba diciendo que en esta situación se encuentra España ante Bosnia en abril de 1993, cuando uno de los dos bandos beligerantes, el de la alianza entre los croatas bosnios y los musulmanes, se fragmenta rompiendo su alianza y pasando a ser un conflicto con tres bandos en guerra, todos contra todos en el sector español. Empezaba la peor época de los Cascos Azules españoles. 

Pues esa era la situación en la que nos vimos totalmente inmersos el 20 de abril de 1993, día de la Transferencia de Autoridad (TOA) de la AGT Málaga a la AGT Canarias. 

La Málaga, con su Coronel Zorzo al frente, hizo una magnífica labor en la zona de responsabilidad española con múltiples reuniones con los bandos beligerantes que permitieron mantener una relativa calma y a la que contribuyó en buena medida un poco de vino y de jamón españoles —en eso el Col. Zorzo era un crack— y, sobre todo, el trabajo de los soldados españoles, quienes con su profesionalidad y buen hacer, aderezados con su arte, alegría y forma de ser, muy distinta a la de los balcánicos, consiguieron en poquísimo tiempo ganarse el respeto y el cariño de ambos bandos.

No podemos olvidar al refuerzo de unos 120 militares de Infantería, Operaciones Especiales, Ingenieros, Transmisiones y Sanidad que recibió la AGT Málaga a mitad de misión, que permaneció tres meses con la Málaga y continuó con la Canarias, por lo que de forma simpática les llamábamos la AGT Marruecos, al estar entre Málaga y Canarias.

Pero continuemos... El bando serbio estaba formado por el antiguo Ejército Yugoslavo, con su estructura y jerarquía militar, pero el bando contrario, el de la alianza entre musulmanes y croatas bosnios, era un ejército paramilitar y de milicias que contaban entre sus jefes con diversos personajes de la vida pública o política de la zona, pero carentes de formación ni valores militares. Su estructura orgánica se basada en una organización territorial, por pueblos o comarcas. Había pueblos en los que el jefe era un político local, en otros un comerciante relevante de la zona y, en bastantes casos, hasta jefes de bandas de traficantes o de crimen organizado.

El Ejército Popular Yugoslavo (JNA) pretendía evitar la segregación de la nueva República tras la declaración de independencia de Bosnia-Herzegovina en marzo de 1992 y cada una de las etnias que la componían se organizó militarmente para defenderse. Así nacieron el HVO (Consejo Croata de Defensa), de mayoría católica, y la ARBiH (Ejército de la República de Bosnia-Hercegovina), de mayoría musulmana y popularmente conocida como la Armija.


                           

La zona de acción del contingente español estaba ocupada por ambas facciones y el contacto con los Serbios era puntual en alguna reunión entre líderes o en algún intercambio de prisioneros o de cadáveres —el intercambio de fiambre coloquialmente llamado por el socarrón soldado español—, siempre auspiciados por los españoles. La situación territorial del sector español era la reflejada en la siguiente imagen:

A finales de 1992 comenzó un conflicto entre la República de Bosnia y Herzegovina (Armija) y la República Croata de Herzeg-Bosnia (HVO con el apoyo de Croacia), porque los musulmanes no querían el mismo tipo de república que los croatas, ​lo que venía a convertirse en una guerra dentro de una guerra.

Con estos toros bravos tuvo que lidiar la AGT Málaga y en abril del 93 nos tocó el turno a la AGT Canarias. Como he dicho, el HVO y la Armija, a pesar de estar matándose unos a otros en Bosnia Central, mantuvieron la alianza en la zona española gracias al esfuerzo de la Málaga, sin embargo, los desmanes de uno y otro bando generaron mucho odio y muchas ansias de revancha y de sangre entre los croatas y los musulmanes del sector español, con lo cual el efecto de la acción de la Málaga perdió fuerza y ambos empezaron a soltarse el pelo volviendo a su auténtico propósito, es decir, matarse entre ellos también en territorio español

La guerra se había extendido al sector asignado a las fuerzas españolas en el valle de río Neretva y fue en torno a Mostar y a la zona entre Jablanica y Konjic donde se registraron los combates más violentos. Al principio patrullaban Mostar dos secciones mecanizadas de Infantería, pero a partir del recrudecimiento de los combates  y al añadirse a las misiones anteriores la de constituirse en fuerza de interposición entre los bandos, se comenzó a desplegar una unidad de entidad Subgrupo Táctico (S/GT) en Mostar (dos secciones de Infantería o Caballería, un pelotón de Zapadores, un BMR Mercurio de Transmisiones y un BMR Ambulancia) y una o dos secciones mecanizadas entre Jablanica y Konjic. 

Este despliegue se fue manteniendo a lo largo de los meses con pequeñas variaciones según la situación táctica, con relevos, cuando se podía, cada 24 horas. En la zona de Konjik se patrullaba y en Mostar se hacían patrullas y controles estáticos, pero siempre sin bajar de los BMR. Se prohibió el desplazamiento en cualquier vehículo que no fuera blindado y estaba terminantemente prohibido bajar de los BMR salvo con autorización expresa del Mando y solo en circunstancias muy especiales. El ingenio español consiguió solucionar el alivio de las necesidades fisiológicas de las tripulaciones de los BMR sin poder bajarnos: vehículo de culo contra una pared, abrir la portezuela de la rampa, arrodillarse dentro mirando hacia fuera... y listo. O, cuando se trataba de aguas mayores, sentarse en el borde de la portezuela con los pantalones bajados, el poncho puesto por encima y mirando hacia dentro y... a silbar. 

 Interposición en Mostar

En Mostar se cortaba el fluido eléctrico, por lo que un BMR blanco en medio de un cruce de calles durante la oscura noche era un blanco fácil para quienes querían hostigarnos con el fin de que cesáramos en nuestra misión de interposición para poder saciar su ansia de combate. La línea de confrontación y sus proximidades en el interior de la ciudad de Mostar era el punto crítico donde continuamente recibíamos disparos de fusilería o ataques cercanos con lanzagranadas RPG7 (como el que dispararon delante de mis narices entre el BMR anterior y el mío durante una patrulla nocturna). 

Durante una de mis primeras noches de interposición en Mostar el BMR portamorteros recibió varios disparos. Al segundo se oye por la malla de Mando del S/GT que el Sargento 1º Jefe del Pelotón de Morteros informa al Capitán de que ha recibido fuego. El Capitán le contesta que si han sido muchos disparos (para saber si fue un ataque fuerte o un disparo suelto y evaluar la intensidad del hostigamiento), pero el Sargento 1º interpretó literal la pregunta por lo que la respuesta fue "Aquí alfa cero tres, no lo sé y no voy a bajarme a contarlos, cambio". En el silencio de una noche sin bombardeos y entre los rafagazos que de vez en cuando se oían, las carcajadas que se oyeron provenientes de los demás BMR al oír la conversación por los altavoces internos de los vehículos fue tremenda. Supongo que al oír las risas, los croatas que nos hostigaban en esa noche al Oeste de la línea de confrontación pensaron: están locos estos españoles...

Pero no todo fueron carcajadas, más bien todo lo contrario. En pocos días se multiplicaron las misiones. Tan es así, que los Zapadores estábamos rebajados de Guardia de Seguridad porque con la cantidad de misiones que teníamos no podíamos permitirnos estar un día entero parados en una garita del destacamento: interposición, patrullas, escoltas, desminados, reconocimientos de itinerarios, fortificación, etc.

Desminando el Puente de Bijela, donde yo pisé la mina

Reconocimiento de la ruta alternativa de Mostar hacia el Norte

Por ejemplo, el Diario de Operaciones de la AGT Canarias dice sobre las del día 24ABR93: Una sección que se desplazaba desde Jablanica hacia Konjic fue detenida por una patrulla del HVO que amenazaba con volar la carretera y disparar si pasaban. Informaron –la sección– que cerca de Ostrozac 300 personas del HVO estaban rodeadas y que morirían si no se hacía algo. A pesar de ello, los HVO no les dejaron pasar y tuvieron que volverse a Jablanica. Así eran las cosas; un par de macarras con Kalashnikov y hasta las cejas de rakia se empeñaban en que no pasabas por su check point y no pasabas. 

                   Check point del HVO                                                               Barreamiento con minas

Las Reglas de Enfrentamiento (ROE) eran muy estrictas y te impedían hasta bajarte a darles un par de guantazos bien dados a ese par de capullos y seguir. Tampoco podías hacer mucho más. 

 
Reglas de enfrentamiento AGT Canarias

Yendo agregado con mi pelotón de Zapadores a una sección de la Compañía Austria (del 3º Tercio) al mando del Tte. Recena —el añorado Pepe Comando, que en paz descanse— en una misión de escolta de cinco autobuses con conductores croatas desde Mostar hacia la bolsa de Konjic para evacuar a 200 croatas (los que protegía el famoso Tte Monterde), fuimos detenidos por la Armija en un check point del puente de Alexis Han por un par de milicianos musulmanes. Los autobuses se quedaron más atrás, antes de cruzar el puente. Unos bloques de hormigón barreaban la carretera. Pepe Comando, con un par, se bajó del BMR, se acercó a ellos con las manos en los bolsillos y, sin intérprete ni gaitas, entabló con ellos una amistosa conversación, les ofreció tabaco y veíamos que se reían, pero nada, no nos dejaban pasar con los autobuses. Volvió el teniente hacia la columna, se acercó a mi BMR y me preguntó si podría empujar los bloques con la hoja empujadora del VCZ hacia el rio mientras me cubría el BMR de detrás y pasar a toda prisa. Yo le contesté que sí, que sin pegas movía los bloques, pero que el problema era el cañón bitubo Oerlikon de 20 mm que estaba apuntándonos desde la boca del túnel de ferrocarril que había a nuestras diez. Nos dimos media vuelta y nos replegamos sobre Mostar de nuevo. Desde no sé dónde, pero el caso es que al final le llegaron otros autobuses a la columna del Tte Monterde en Konjic para evacuar a los 200 croatas, caso que contaré otro día.

Puente de Alexis Han

El caso es que la tensión se vivía constantemente en cualquier lugar y momento. Siempre comentábamos entre nosotros que la idea que teníamos al salir de España era que los musulmanes eran los pobres sufridores de aquella guerra. Una semana allí en aquellas circunstancias nos bastó para darnos cuenta de que los tres bandos eran unos auténticos hijos de la gran chingada. Los croatas nos hacían la vida imposible en las áreas que ellos controlaban porque les impedíamos sus desmanes; los musulmanes lo mismo en sus zonas. Mientras, los serbios sin parar de bombardear con morteros y artillería tanto a unos como a otros. 

La semana que viene, más.

Camino a Mostar, creo.