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Hablar pocas veces de la profesión militar es una de las pruebas de gran desidia e ineptitud para la carrera de las armas. (Del art. 14 de las RR.OO de las FAs)

30 junio 2024

CASCO AZUL, SOLDADO ESPAÑOL (II).

 La semana pasada, en CASCO AZUL, SOLDADO ESPAÑOL (I) terminaba diciendo que en esta situación se encuentra España ante Bosnia en abril de 1993, cuando uno de los dos bandos beligerantes, el de la alianza entre los croatas bosnios y los musulmanes, se fragmenta rompiendo su alianza y pasando a ser un conflicto con tres bandos en guerra, todos contra todos en el sector español. Empezaba la peor época de los Cascos Azules españoles. 

Pues esa era la situación en la que nos vimos totalmente inmersos el 20 de abril de 1993, día de la Transferencia de Autoridad (TOA) de la AGT Málaga a la AGT Canarias. 

La Málaga, con su Coronel Zorzo al frente, hizo una magnífica labor en la zona de responsabilidad española con múltiples reuniones con los bandos beligerantes que permitieron mantener una relativa calma y a la que contribuyó en buena medida un poco de vino y de jamón españoles —en eso el Col. Zorzo era un crack— y, sobre todo, el trabajo de los soldados españoles, quienes con su profesionalidad y buen hacer, aderezados con su arte, alegría y forma de ser, muy distinta a la de los balcánicos, consiguieron en poquísimo tiempo ganarse el respeto y el cariño de ambos bandos.

No podemos olvidar al refuerzo de unos 120 militares de Infantería, Operaciones Especiales, Ingenieros, Transmisiones y Sanidad que recibió la AGT Málaga a mitad de misión, que permaneció tres meses con la Málaga y continuó con la Canarias, por lo que de forma simpática les llamábamos la AGT Marruecos, al estar entre Málaga y Canarias.

Pero continuemos... El bando serbio estaba formado por el antiguo Ejército Yugoslavo, con su estructura y jerarquía militar, pero el bando contrario, el de la alianza entre musulmanes y croatas bosnios, era un ejército paramilitar y de milicias que contaban entre sus jefes con diversos personajes de la vida pública o política de la zona, pero carentes de formación ni valores militares. Su estructura orgánica se basada en una organización territorial, por pueblos o comarcas. Había pueblos en los que el jefe era un político local, en otros un comerciante relevante de la zona y, en bastantes casos, hasta jefes de bandas de traficantes o de crimen organizado.

El Ejército Popular Yugoslavo (JNA) pretendía evitar la segregación de la nueva República tras la declaración de independencia de Bosnia-Herzegovina en marzo de 1992 y cada una de las etnias que la componían se organizó militarmente para defenderse. Así nacieron el HVO (Consejo Croata de Defensa), de mayoría católica, y la ARBiH (Ejército de la República de Bosnia-Hercegovina), de mayoría musulmana y popularmente conocida como la Armija.


                           

La zona de acción del contingente español estaba ocupada por ambas facciones y el contacto con los Serbios era puntual en alguna reunión entre líderes o en algún intercambio de prisioneros o de cadáveres —el intercambio de fiambre coloquialmente llamado por el socarrón soldado español—, siempre auspiciados por los españoles. La situación territorial del sector español era la reflejada en la siguiente imagen:

A finales de 1992 comenzó un conflicto entre la República de Bosnia y Herzegovina (Armija) y la República Croata de Herzeg-Bosnia (HVO con el apoyo de Croacia), porque los musulmanes no querían el mismo tipo de república que los croatas, ​lo que venía a convertirse en una guerra dentro de una guerra.

Con estos toros bravos tuvo que lidiar la AGT Málaga y en abril del 93 nos tocó el turno a la AGT Canarias. Como he dicho, el HVO y la Armija, a pesar de estar matándose unos a otros en Bosnia Central, mantuvieron la alianza en la zona española gracias al esfuerzo de la Málaga, sin embargo, los desmanes de uno y otro bando generaron mucho odio y muchas ansias de revancha y de sangre entre los croatas y los musulmanes del sector español, con lo cual el efecto de la acción de la Málaga perdió fuerza y ambos empezaron a soltarse el pelo volviendo a su auténtico propósito, es decir, matarse entre ellos también en territorio español

La guerra se había extendido al sector asignado a las fuerzas españolas en el valle de río Neretva y fue en torno a Mostar y a la zona entre Jablanica y Konjic donde se registraron los combates más violentos. Al principio patrullaban Mostar dos secciones mecanizadas de Infantería, pero a partir del recrudecimiento de los combates  y al añadirse a las misiones anteriores la de constituirse en fuerza de interposición entre los bandos, se comenzó a desplegar una unidad de entidad Subgrupo Táctico (S/GT) en Mostar (dos secciones de Infantería o Caballería, un pelotón de Zapadores, un BMR Mercurio de Transmisiones y un BMR Ambulancia) y una o dos secciones mecanizadas entre Jablanica y Konjic. 

Este despliegue se fue manteniendo a lo largo de los meses con pequeñas variaciones según la situación táctica, con relevos, cuando se podía, cada 24 horas. En la zona de Konjik se patrullaba y en Mostar se hacían patrullas y controles estáticos, pero siempre sin bajar de los BMR. Se prohibió el desplazamiento en cualquier vehículo que no fuera blindado y estaba terminantemente prohibido bajar de los BMR salvo con autorización expresa del Mando y solo en circunstancias muy especiales. El ingenio español consiguió solucionar el alivio de las necesidades fisiológicas de las tripulaciones de los BMR sin poder bajarnos: vehículo de culo contra una pared, abrir la portezuela de la rampa, arrodillarse dentro mirando hacia fuera... y listo. O, cuando se trataba de aguas mayores, sentarse en el borde de la portezuela con los pantalones bajados, el poncho puesto por encima y mirando hacia dentro y... a silbar. 

 Interposición en Mostar

En Mostar se cortaba el fluido eléctrico, por lo que un BMR blanco en medio de un cruce de calles durante la oscura noche era un blanco fácil para quienes querían hostigarnos con el fin de que cesáramos en nuestra misión de interposición para poder saciar su ansia de combate. La línea de confrontación y sus proximidades en el interior de la ciudad de Mostar era el punto crítico donde continuamente recibíamos disparos de fusilería o ataques cercanos con lanzagranadas RPG7 (como el que dispararon delante de mis narices entre el BMR anterior y el mío durante una patrulla nocturna). 

Durante una de mis primeras noches de interposición en Mostar el BMR portamorteros recibió varios disparos. Al segundo se oye por la malla de Mando del S/GT que el Sargento 1º Jefe del Pelotón de Morteros informa al Capitán de que ha recibido fuego. El Capitán le contesta que si han sido muchos disparos (para saber si fue un ataque fuerte o un disparo suelto y evaluar la intensidad del hostigamiento), pero el Sargento 1º interpretó literal la pregunta por lo que la respuesta fue "Aquí alfa cero tres, no lo sé y no voy a bajarme a contarlos, cambio". En el silencio de una noche sin bombardeos y entre los rafagazos que de vez en cuando se oían, las carcajadas que se oyeron provenientes de los demás BMR al oír la conversación por los altavoces internos de los vehículos fue tremenda. Supongo que al oír las risas, los croatas que nos hostigaban en esa noche al Oeste de la línea de confrontación pensaron: están locos estos españoles...

Pero no todo fueron carcajadas, más bien todo lo contrario. En pocos días se multiplicaron las misiones. Tan es así, que los Zapadores estábamos rebajados de Guardia de Seguridad porque con la cantidad de misiones que teníamos no podíamos permitirnos estar un día entero parados en una garita del destacamento: interposición, patrullas, escoltas, desminados, reconocimientos de itinerarios, fortificación, etc.

Desminando el Puente de Bijela, donde yo pisé la mina

Reconocimiento de la ruta alternativa de Mostar hacia el Norte

Por ejemplo, el Diario de Operaciones de la AGT Canarias dice sobre las del día 24ABR93: Una sección que se desplazaba desde Jablanica hacia Konjic fue detenida por una patrulla del HVO que amenazaba con volar la carretera y disparar si pasaban. Informaron –la sección– que cerca de Ostrozac 300 personas del HVO estaban rodeadas y que morirían si no se hacía algo. A pesar de ello, los HVO no les dejaron pasar y tuvieron que volverse a Jablanica. Así eran las cosas; un par de macarras con Kalashnikov y hasta las cejas de rakia se empeñaban en que no pasabas por su check point y no pasabas. 

                   Check point del HVO                                                               Barreamiento con minas

Las Reglas de Enfrentamiento (ROE) eran muy estrictas y te impedían hasta bajarte a darles un par de guantazos bien dados a ese par de capullos y seguir. Tampoco podías hacer mucho más. 

 
Reglas de enfrentamiento AGT Canarias

Yendo agregado con mi pelotón de Zapadores a una sección de la Compañía Austria (del 3º Tercio) al mando del Tte. Recena —el añorado Pepe Comando, que en paz descanse— en una misión de escolta de cinco autobuses con conductores croatas desde Mostar hacia la bolsa de Konjic para evacuar a 200 croatas (los que protegía el famoso Tte Monterde), fuimos detenidos por la Armija en un check point del puente de Alexis Han por un par de milicianos musulmanes. Los autobuses se quedaron más atrás, antes de cruzar el puente. Unos bloques de hormigón barreaban la carretera. Pepe Comando, con un par, se bajó del BMR, se acercó a ellos con las manos en los bolsillos y, sin intérprete ni gaitas, entabló con ellos una amistosa conversación, les ofreció tabaco y veíamos que se reían, pero nada, no nos dejaban pasar con los autobuses. Volvió el teniente hacia la columna, se acercó a mi BMR y me preguntó si podría empujar los bloques con la hoja empujadora del VCZ hacia el rio mientras me cubría el BMR de detrás y pasar a toda prisa. Yo le contesté que sí, que sin pegas movía los bloques, pero que el problema era el cañón bitubo Oerlikon de 20 mm que estaba apuntándonos desde la boca del túnel de ferrocarril que había a nuestras diez. Nos dimos media vuelta y nos replegamos sobre Mostar de nuevo. Desde no sé dónde, pero el caso es que al final le llegaron otros autobuses a la columna del Tte Monterde en Konjic para evacuar a los 200 croatas, caso que contaré otro día.

Puente de Alexis Han

El caso es que la tensión se vivía constantemente en cualquier lugar y momento. Siempre comentábamos entre nosotros que la idea que teníamos al salir de España era que los musulmanes eran los pobres sufridores de aquella guerra. Una semana allí en aquellas circunstancias nos bastó para darnos cuenta de que los tres bandos eran unos auténticos hijos de la gran chingada. Los croatas nos hacían la vida imposible en las áreas que ellos controlaban porque les impedíamos sus desmanes; los musulmanes lo mismo en sus zonas. Mientras, los serbios sin parar de bombardear con morteros y artillería tanto a unos como a otros. 

La semana que viene, más.

Camino a Mostar, creo.



23 junio 2024

CASCO AZUL, SOLDADO ESPAÑOL (I).

 Con este título publicó el periodista Javier Fernández Arribas el libro que mejor ha contado lo que supuso para los militares españoles la Guerra de Bosnia entre 1992 y 1993 (el libro se publicó en enero de 1994) y que El Furriel toma prestado para titular este artículo sobre esa ya demasiado desconocida guerra que tantísimo supuso para el Ejército Español.

Esta semana, el pasado miércoles 19, se cumplieron 31 años de aquel fatídico día en el que cuatro zapadores, mi buen amigo el Sgto. Delgado y los Caballeros Legionarios Paracaidistas Aguilar, Maté y Piñeiro, caían con su Vehículo de Combate de Zapadores (BMR-VCZ) al río Neretva perdiendo la vida ahogados lejos de su Patria. Este es mi pequeño homenaje a su memoria y a la de los otros veinte caídos españoles en Bosnia para intentar mantener vivo el recuerdo a aquella misión internacional que tanta sangre española costó.



Han pasado ya más de treinta años y aún seguimos en activo muchos de los que allí estuvimos, pero hablando con los jóvenes militares de ahora me doy cuenta de que la Guerra de Bosnia es para ellos algo muy lejano y de la que les han hablado poco. Supongo que igual de desconocida que la de Ifni para los que ingresamos en el Ejército unos treinta años después. Una gran carencia española es no saber mantener viva la historia de las hazañas y hechos memorables de nuestra inmensa e interesantísima historia militar, por eso quiero poner mi granito de arena para que no caiga en el olvido esta página de nuestra historia y que se sepa lo importante que fue aquella misión.

Sé que en diciembre de 2023 ya escribí aquí sobre Bosnia en el artículo  ESPAÑOLES POR EL MUNDO. BOSNIA, con motivo del 30 aniversario del inicio de la misión en aquél país balcánico, pero quiero con este de hoy profundizar un poco más sobre la contribución española a la pacificación de aquel infierno. Tranquilos, no voy a contar lo mismo.

El desmembramiento de la antigua Yugoslavia desencadenó conflictos armados en Eslovenia y Croacia. Tras la extensión de la guerra a Bosnia-Herzegovina (BiH), la ONU puso en marcha en este país una misión de ayuda humanitaria. En 1992 se enfrentaban por el control de BiH Serbios, por un lado, y una coalición de bosnio-croatas y musulmanes por otro. 

España envió en noviembre de 1992 el primer contingente de la Operación A/B (Apoyo a Bosnia), que se integró en la Fuerza de Protección de Naciones Unidas (UNPROFOR), con la doble misión de vigilar el cumplimiento de los acuerdos de paz y proteger los convoyes de ayuda humanitaria. La primera unidad que desplegó en una operación internacional fue la Brigada Paracaidista en 1991, Operación A/K, en ayuda al pueblo kurdo en Irak. En 1992 la situación política en España barruntaba la posible disolución de La Legión, por lo que era imprescindible sacarla a la palestra en una acción real que la hiciera recapacitar a los rencorosos políticos que pretendían, por un decretazo, cargarse a una de las unidades que más gloria han dado a España. 

En aquellos años La Legión no contaba con unidades de apoyo al combate ni de apoyo logístico, pues aún no era brigada, y sólo estaba compuesta por sus cuatro tercios, es decir, unidades de Infantería, de modo que el Mando decidió que desplegaría una agrupación táctica en base al Tercio Alejandro Farnesio, 4º de La Legión, reforzada por elementos de los otros tercios y con los apoyos de combate y logísticos procedentes de la Brigada Paracaidista (BINGPAC y GLPAC), Brigada de Caballería Castillejos II (Escuadrón Ligero de Caballería) y Regimiento de Transmisiones Tácticas 21 del Pardo. La agrupación adoptó el nombre de AGT Málaga por ser la provincia de la que procedía la unidad sobre la que se formaba el contingente (el 4º Tercio de guarnición en Ronda). Las agrupaciones, al mando de un coronel y compuestas por alrededor de 1.200 hombres, tenían la orgánica reflejada en la siguiente imagen:

(Imagen: Diario de Operaciones de la AGT. Canarias)

A la AGT Málaga, que desplegó desde noviembre de 1992 hasta abril de 1993, le sucedieron la AGT Canarias, sobre al Tercio Don Juan de Austria, 3º de La Legión, con base en Fuerteventura y con apoyos de las mismas unidades que la Málaga; la AGT Madrid, sobre la Brigada Paracaidista y con base en Alcalá de Henares; La AGT Córdoba, sobre la Brigada X y base en Córdoba; la AGT Extremadura, sobre la Brigada XI con base en Badajoz; la AGT Galicia, sobre la Brigada Aerotransportable, con base en Pontevedra; y la AGT Aragón, sobre la Brigada de Cazadores de Montaña con base en Jaca. 



 
Escudos de las siete primeras agrupaciones tácticas

En diciembre de 1995, durante el despliegue de la AGT Aragón, finalizó la guerra y se firmaron los Acuerdos de Dayton, dejando de ser fuerza de protección (UNPROFOR) para pasar a ser fuerza de implementación de los acuerdos de paz (IFOR). En 1996 pasó a ser una misión de estabilización del país (SFOR), en 2004 de seguridad (EUFOR) y desde 2010 es una misión de asesoramiento con tan solo cuatro militares españoles. 

Este artículo, como dije al principio, tiene por objeto hablar de aquella guerra en la que las tropas españolas se encontraron inmersas en una guerra a tres bandas, por eso hablo sólo de las agrupaciones tácticas hasta 1995, cuando acabó la guerra.  

El despliegue de las agrupaciones se estableció en cuatro bases:
- Medjugorje, Mando, PLMM, Cía PLMS , Escuadrón de Caballería y PRP (OEs).
- Dracevo: Grupo Táctico, Cía Zapadores y Cía Transmisiones.
- Divulje (en Croacia): la base logística con la Unidad de Apoyo Logístico.
- Jablanica: base avanzada en la que se destacaban unidades de distinta entidad según la situación táctica, pero generalmente era una Compañía de Infantería con un pelotón de Zapadores y elementos de Transmisiones y de Servicios.

Localización de los destacamentos españoles

Entre Divulje y Dracevo había unos 150 km y entre Dracevo y Jablanica unos 90. En principio no parece mucho, pero en aquel terreno montañoso, con tramos de carretera impracticables o cortados, con check-points continuos de un bando o de otro en los que, según el día y la zona, te paraban y te tenían retenido, hacer una veintena de kilómetros a veces era echar un día entero, lo que dificultaba el cumplimiento de la misión y el apoyo logístico.

Destacamento de Dracevo.

Construcción de refugios subterráneos en el Destacamento de Jablanica.

La AGT Málaga tuvo, como pionera en esa zona de operaciones, un gran trabajo que hacer: instalar unos campamentos de la nada, establecer contactos con autoridades y jefes de milicias de uno y otro bando, ganarse su confianza y la de los vecinos de su sector y empezar a realizar unos cometidos derivados de un tipo de misión desconocido hasta entonces para el Ejército Español. Por otro lado, estaba la situación logística que había que crear a la que tampoco estaba acostumbrado nuestro ejército y para la que no estaba todo lo preparada que hubiera sido deseable. En Territorio Nacional se creó el Mando de Apoyo Logístico a Operaciones (MALOG-OP) y prácticamente todo el sistema logístico del ET, principalmente de abastecimiento, estaba dedicado casi en exclusividad al sostenimiento de esta operación. Las unidades que permanecían en TN comenzaron a notar, por ejemplo, una notable disminución de repuestos y no sólo para los mismos medios que los desplegados en Zona de Operaciones (ZO), sino que la cadena de suministro se vio afectada en todo; el esfuerzo principal era Bosnia y a su logística se dedicaba la mayor parte de las capacidades del Ejército. 

En cuanto a la Logística, la Operación A/K de 1991 no había sido tan exigente pues la AGT Alcalá (así se denominó a aquel contingente) se integró en el despliegue logístico de Estados Unidos mediante unos acuerdos que, en definitiva, no supusieron un gran esfuerzo para España, lo que no permitió sacar unas lecciones aprendidas con las que poder planear correctamente el despliegue logístico en Bosnia. Es decir, el despliegue en Bosnia nos pilló a los españoles un poco en... paños menores. Eso se notó, y mucho. Y eso que la UAL de la AGT Málaga en Bosnia estaba integrada por bastante personal del Grupo Logístico Paracaidista que había formado parte de la Unidad Logística española en Irak. El problema logístico no estaba "allí", estaba "aquí"...

Pero a pesar de esas dificultades, que perdurarían aún en varias agrupaciones, la AGT Málaga, haciendo gala de un excelente cumplimiento del Credo Legionario y del Ideario Paracaidista supo salir adelante y desarrollar la misión de forma sobresaliente. Reconocimiento y habilitación de itinerarios, custodia de prisioneros, intercambio de cadáveres, protección de convoyes y la vigilancia del cumplimiento de los acuerdos entre serbios y bosnios mantenían a esos casi 1.200 españoles dándolo todo día a día sin pedir nada a cambio durante seis largos meses.

Mientras, en España ya se estaba generando el relevo. En base al Tercio Don Juan de Austria, 3º de La Legión, y al mando de su Coronel Jefe, se constituyó la AGT Canarias con un adiestramiento idéntico al que había tenido la AGT Málaga: cursos de conductores de BMR en el Regimiento de Infantería "Mallorca" 13 de Lorca (Murcia), ampliación de compromisos de servicio en filas de la tropa que prefería desplegar en ZO que licenciarse, concentración en la Base "Álvarez de Sotomayor" (Almería), cohesión de la unidad por la distinta procedencia de cada una de sus unidades y viaje en el viejo Transporte de Ataque L-21 "Castilla" desde el puerto de Almería hasta el de Split (Croacia), etc.

Abril de 1993. El "Castilla" saliendo del puerto de Almería con la AGT Canarias a bordo.

En esta situación se encuentra España ante Bosnia en abril de 1993, cuando uno de los dos bandos beligerantes, el de la alianza entre los croatas bosnios y los musulmanes, se fragmenta rompiendo su alianza y pasando a ser un conflicto con tres bandos en guerra, todos contra todos en el sector español. Empezaba la peor época de los Cascos Azules españoles. Pero sobre esto hablaremos la semana que viene...

16 junio 2024

LOS GASTADORES

 A pesar de que seguro que los lectores de El Furriel conocen el origen de los gastadores, vamos a profundizar un poco en cómo nacieron y cómo han ido evolucionando hasta nuestros días.

En el último tercio del siglo XV precedían a los ejércitos miles de peones cuya única función era allanar los caminos para el paso de los carruajes. Esta multitud de hombres inermes se amedrentaba ante la presencia del enemigo y no sólo entorpecía las evoluciones de su propio ejército, sino que además contribuía a extender el pánico entre los más débiles espíritus. Para evitarlo, el Gran Capitán sacaba de las filas un cierto número de soldados, los cuales manejando alternativamente la pica, la espada, el pico o la pala, aplanaban los caminos y peleaban al lado de sus compañeros, siendo muy reconocida y muy bien considerada su labor, muy al contrario de como se valoraba a los peones. Ser gastador era un orgullo.

Esta idea de Don Gonzalo Fernández de Córdoba era nueva y eficaz, como todo en aquellos buenos tiempos en los que los españoles teníamos la primacía de casi todo, pero claro, los franceses, tan gabachos ellos, decían cincuenta años después que al construir el puente de Outreau se logró que por primera vez las tropas trabajasen y perdiesen la preocupación de que el trabajo de gastador fuera peligroso y humillante.

Posteriormente, en las unidades de Caballería y de Artillería a los soldados que ejercían las funciones propias de los gastadores se les llamaba batidores. Esta denominación viene de cuando las unidades de esas armas mandaban a vanguardia a escuadras que oteaban o batían el terreno, tanto en momentos previos al ataque como en los previos al cañoneo artillero.

En 1760 se estableció que, sin perder su original cometido, los gastadores comenzaran a realizar misiones de honor y de escoltas solemnes. Muy poco después, en 1768, las Ordenanzas de Carlos III regularon la composición de las escuadras de gastadores, estableciendo que cada batallón debía contar con una unidad de este tipo compuesta por un cabo y seis soldados, composición que se ha conservado hasta nuestros días. 

Siempre se seleccionó para las escuadras de gastadores a los soldados más corpulentos y altos y hasta el hecho de ser bien parecido se tenía en cuenta para la selección de los gastadores en algunas ocasiones. Así se establecía en las normas tácticas de la época, pues un soldado de gran envergadura tenía más potencia y fuerza en el manejo de las herramientas de desgaste del terreno

Aunque el Arma de Ingenieros data de 1711 cuando se constituyó como cuerpo facultativo para la dirección técnica de obras tanto en campaña como en guarnición, sería a partir de 1802, con la creación del Regimiento Real de Zapadores Minadores, cuando los gastadores empezaron a dejar de tener labores tácticas y pasaron a desarrollar prácticamente con exclusividad las labores solemnes y de escolta fijadas cuarenta años antes.

Gastador de Infantería hacia 1821.

A partir de entonces, los gastadores pasaron a prestar sus servicios en la Plana Mayor del Regimiento o del Batallón acompañando como escoltas al Coronel o Teniente Coronel. Estos soldados solían ser reconocidos como Soldado de 1ª y comenzaron a desfilar siempre en vanguardia abriendo simbólicamente la marcha de la unidad. Inspirados en su función original, mantuvieron sus herramientas con carácter ornamental. 

Gastador en servicio de escolta. Años 50 del S. XX

Para distinción y orgullo de los gastadores, empezaron a colocarse sobre la manga del uniforme el emblema de los gastadores, consistente en el escudo del arma o cuerpo sobre pala, pico y hacha cruzados. Posteriormente, ya en los años cincuenta del S. XX, ese emblema se colocó sobre un rombo, llegando así a la actualidad. 

Rombo de gastador de la Guardian Civil.

A mediados del siglo XX comenzaron a colocarse cordones acabados en borlas con flecos y manoplas generalmente blancas y raramente negras. Al conjunto de estos adornos se les llama Galas de Gastador. Estas galas son de distintos colores siempre relacionados con la tradición del arma o con la identidad de la unidad. Además de estas galas, podemos destacar la altura y la chulería en el desfilar como señas de identidad de los gastadores españoles.

Escuadra de Gastadores de Infantería. 1967

Y así llegamos a nuestros días, época en la que tanto hemos desvirtuado el origen y verdadero sentido de las cosas. Los Gastadores no iban a ser menos…

En primer lugar, la más característica seña de identidad de los Gastadores, su altura, se ha perdido totalmente en beneficio de no sé qué criterio para su designación. Criterio, sea cual sea, que pugna, igualmente, con la otra característica, la chulería en el desfile, ya que se ve por ahí actualmente cada escuadra que da pena compararla con cualquiera de las de los soldaditos de reemplazo de los años setenta, ochenta o noventa —no lo digo yo, lo dice Youtube—. Sé que no es políticamente correcto, pero no puede tenerse una Escuadra de Gastadores con gordos y con bajitos, como las hay, y bastantes. Tampoco se puede tener a gastadores que muñonean al bracear dando más aspecto de mutilados que de jóvenes guerreros. 

El Cabo de la Escuadra de Gastadores de mi promoción en la Academia, con su 1,87 m de altura era el más bajo de la Escuadra y, como en esa época no había gordos en las academias pues el ritmo de vida lo impedía, tampoco había gordos entre los gastadores. Ahora tenemos el problema de que cada vez se pretende más el que la Escuadra haga muchos malabares con el fusil, en perjuicio del aspecto y de la chulería en el desfile de algunos gastadores. Manejan bien el fusil al aire, pero poco importa si son bajitos o desfilan como el culo en esta época de mediocridad en la que todo vale.

Escuadra de Gastadores. XIV Promoción. AGBS. 

Es también una pena que se haya perdido la forma de aquellas grandes manoplas de cuero acharolado cambiándolas por unos pequeños y plasticosos manguitos, que es como ahora llaman a las manoplas, tal vez por no tener ni puñetera idea de qué son y por qué se llevan.

Y dolor especial me produce, y reconozco mi fracaso intentando recuperarlo en las unidades del Arma en las que he estado, que los gastadores del Arma de Ingenieros hayan perdido sus correajes portaherramientas blancos, tan característico de los Zapadores.

Pero en fin, en cualquier caso y pese a que los tiempos cambien, aún sigue habiendo escuadras que te demuestran que todavía queda esperanza.



09 junio 2024

GUIONES Y BANDERINES

El viernes charlaba con unos compañeros sobre los colores de los banderines de las compañías, escuadrones y baterías. Este asunto me ha llevado a consultar algo sobre lo que está reglamentado actualmente y me da pie, de paso, a hablar hoy sobre el origen de los guiones y de los banderines y de su evolución a lo largo de los años.


El año pasado hice el curso de Vexilología (estudio de las banderas) que se imparte en el Instituto de Historia y Cultura Militar y, a pesar de que es un tema que siempre había levantado mi curiosidad y había leído algo sobre ello, aprendí cosas muy interesantes.

Lo que podemos considerar el origen del guion en nuestra historia es el vexilium de los romanos, que era un lienzo, generalmente rojo, pendiente de una cruceta que se usaba en combate y señalaba el lugar donde se encontraba el general.  


Desde ahí hasta nuestros días han sido muchos los tipos, formatos, tamaños y colores distintos que han tenido esos utensilios que servían para guiar a las tropas.



Con la creación de los tercios se hace imprescindible la adopción de colores distintos para diferenciar en el despliegue cada una de las compañías.


A principios del siglo XVII aumenta considerablemente el tamaño de las insignias y se diseñan con una gran variedad de figuras y colores, pero siempre en base a la Cruz de San Andrés.


Pero se ve que a Felipe V, que era un tío bastante serio y ordenado, no le gustaba este diseño discotequero de las banderas de sus ejércitos y a principio del siglo XVIII las unificó disponiendo que las Coronelas fueran blancas con la Cruz de Borgoña rematada por coronas reales y dos leones y dos castillos en sus ángulos. Las de los batallones seguirían siendo del color del regimiento, primero, y blancas con otros diseños en varias disposiciones posteriores.

De esa época es importante reseñar el valor místico que iban adquiriendo las banderas. Tras la negativa de un coronel de La Coruña a rendir las banderas al Santísimo durante la procesión del Corpus, como era costumbre no reglamentada en las tropas españolas, Carlos III dictó una real orden por la que obligaba a rendir las banderas tendiéndolas hacia el sacerdote para que éste las bendijera. 

A lo largo del siglo XIX se suceden numerosas órdenes sobre diseño y disposición de las banderas coronelas y de las banderas batallonas según fueran, por ejemplo, de granaderos o de corps, primeros o sucesivos batallones, etc. Esta circunstancia fue llevando poco a poco a la identificación de las enseñas de las unidades como enseña nacional y empiezan poco a poco a volver a tener colores distintos al blanco las banderas insignias de las unidades en un largo proceso con una variadísima evolución de formas, diseños y colores según se tratara de regimientos y batallones de Infantería, Caballería, Artillería, Ingenieros o de Infantería de Marina. Empieza así a nacer el concepto de guion y de banderín para diferenciarlos del de enseña.

Pero claro, como esto es España y hay mucho porque yo lo valgo, hubo regimientos que acataron la orden de 1843 que establecía que todos los cuerpos del Ejército, de la Armada y de la Milicia Nacional adoptarían la bandera usada hasta entonces por los buques de la Marina de Guerra, pero siguieron usando también sus anteriores banderas. Al final se adaptó la orden de tal manera que se permitía el uso de las dos: la roja y gualda como enseña y la anterior como guion. De esta forma llega lo que actualmente entendemos como guion de una unidad. 

¿Y los banderines? Pues los banderines nacieron durante la Guerra de la Independencia como unas banderolas de tela del color de la compañía que la portaba un soldado encastrada en el cañón del fusil, con lo que no podía usar su arma. Como cada compañía llevaba el banderín con el tamaño y color que les daba la gana, a mediados de siglo se reguló su tamaño y colores.



Los banderines tuvieron también muchas reglamentaciones a lo largo del XIX variando sus dimensiones y sus colores y es en 1878 cuando se definen los colores que han llegado a nuestros días y se dispuso que esa banderola fuera sujeta a la bayoneta para así poder hacer uso del arma, como puede verse en la siguiente imagen:

Así seguimos con ligeras variaciones no demasiado reseñables hasta que en 1945, tras la descomunal proliferación de guiones durante la Guerra Civil, se suprimen todos los guiones excepto los de mando de División y los de Regulares y La Legión. ¿Por qué Regulares y Legión solamente? Pues no, no es porque eran las unidades en las que había servido el Gral. Franco, como dicen algunos simplones que leen la historia de España a través de Facebook. El motivo es que los guiones de estas unidades, fundadas en 1911 y 1920, respectivamente, eran guiones nacidos expresamente como insignia de la unidad, y no como enseña nacional, que es lo que tenían el resto de unidades procedentes históricamente de la época en las que usaban aún sus coronelas con esa función. Cuando en 1954 se creó la Bandera Roger de Flor, I de Paracaidistas, heredando el estilo de de su unidad madre, también fue autorizada a usar guion y banderines.

Durante estas décadas hasta los años setenta, se sigue manteniendo el banderín de bayoneta, que era más conocido como banderín de cola por portarlo en su bayoneta un soldado de la última fila de la compañía.



Y es ya a principios de los ochenta del XX cuando se ordena recuperar los guiones y que desaparezcan totalmente los banderines de cola, pasando a portarlos las unidades como los conocemos en la actualidad. En el caso de los banderines ya se venían usando así desde hacía años en algunas unidades. 

Es la NORMA GENERAL 01/22 “SIMBOLOGÍA DEL EJÉRCITO DE TIERRA” la que regula actualmente, además de otros aspectos relacionados con la simbología, los guiones y banderines del ET. 

Hay que comentar que, según la NG 01/22, las terceras compañías deben llevar el banderín blanco, sin embargo en La Legión y en Paracaidistas (no sé en Regulares) las terceras compañías llevan el banderín verde. La razón es simplemente funcional: cuando en combate se localizaba la posición de una compañía mediante su banderín, era difícil distinguir de lejos entre el amarillo de la segunda y el blanco de la tercera, y más si el amarillo estaba descolorido por el sol africano, por lo que muchos jefes de bandera empezaron a cambiarlo. Así ha perdurado y así se contempla aún en las normas de usos y costumbres de estas unidades.




N. del A. Por favor, el que escriba órdenes, instrucciones particulares o circulares, que no escriba guion con tilde, que hace daño a la vista. Portaguión sí  lleva, pero guion no.
 


02 junio 2024

A ESPAÑA SERVIR HASTA MORIR


 El 31 de mayo de 1974 el Ministro del Ejército, Teniente General Coloma Gallegos, firmaba la orden de creación de la Academia General Básica de Suboficiales. Este año celebramos el quincuagésimo aniversario de la Básica, que supuso un gran avance cualitativo en la formación de los Suboficiales y que, a pesar de que en principio no lo valoraban como adecuado, terminaron copiando los otros dos ejércitos españoles.

Estos días se está hablando mucho en conferencias y actos en unidades, centros y organismos del Ejército de Tierra para conmemorar esta relevante efeméride —sí, el singular de las efemérides es la efeméride—, lo que forma parte del lado institucional de esta celebración, pero la Básica es, desde mi punto de vista, una gran desconocida para los que no han tenido la inmensa fortuna de portar las cadeteras blancas. La Básica es mucho más...


Aunque tengo suficientes pruebas y argumentos para demostrar que los insulsos planes de estudios actuales nada tienen que ver con esa academia de la que voy a tratar hoy, hablaré de lo que nadie cuenta en este conmemorativo año.

Pertenezco a la XIV Promoción, en la que ingresé después de opositar para el ingreso en la AGM sin buenos resultados. En la prepa (academia preparatoria, en mi caso el Grupo Premilitar San Fernando de Madrid) tenía compañeros que tampoco ingresaron y decidieron estudiar una carrera universitaria de paisano, dejándose el pelo largo si les venía en gana o asistiendo a clase sólo si les apetecía. Supongo que ellos solo querían ser tenientes, yo quería ser militar. Tenía claro que la AGBS iba a ser mi casa y, como tantísimos otros en las mismas circunstancias, pasaba a formar parte de los llamados rebotados de la General, apelativo del que se hablaba bastante las primeras semanas, pero que pasado poco tiempo ya nadie hablaba de ello, porque nada importaba si procedías de civil o de militar, si eras de la Escala de Mando o de la Escala de Especialistas o si eras cabeza o cola de promoción. Pasadas las primeras semanas y superada la caraja inicial, el compañerismo y la camaradería habían adquirido tal envergadura que el sentido de pertenencia a algo importante era tremendo. 

24 de octubre de 1987

Como bien dice mi buen amigo y compañero de pelotón en primero, el Suboficial Mayor Alejandro Ponlla, la cohesión de una unidad no se consigue con cenas o saliendo de copas todos juntos, la cohesión llega pasándolo mal juntos y eso es, precisamente, lo que cohesionaba a las promociones en Talarn. Es que la Básica era dura, muy dura.

Hago un inciso para contar que yo llegué a Tremp en octubre de 1974 cuando mi padre, destinado hasta entonces en el CIR nº 6 de Viator (Almería), pidió vacante voluntario a la recién creada AGBS, donde estuvo destinado de profesor durante las cinco primeras promociones. Siendo teniente en 1958 fue el primer militar en llegar a Talarn para explanar la carretera que subiría desde el pueblo hasta el futuro Campamento "General Martín Alonso" al mando de su sección del Regimiento de Zapadores nº 4 de la División de Montaña Urgel, por lo que en cuanto se creó la Academia no dudó que quería volver a aquella tierra. Una tierra, por cierto, en la que había payeses que no hablaban prácticamente castellano y sólo hablaban catalán, a pesar de que ahora dicen que el catalán estaba perseguido en esos años...

TCol. Terry con la V Promoción. 1979

Cuando digo que la Básica era dura lo digo porque esa era la filosofía de su creación y así lo tenían claro los profesores en aquella época fundacional, como así me contaba mi padre: era el estilo de la Básica, había que hacer la vida imposible al alumno porque era la mejor forma de conseguir sargentos con un muy fortalecido carácter para ser auténticos conductores de hombres, líderes. Las condiciones de vida eran duras por el remotísimo lugar donde estaba la Academia, por el clima, por la machacante actividad física diaria y por la constante presión de los profesores.

Diana sonaba a las 0630. A las 0650 debías estar ya sentado en tu mesa en el aula de tu sección para el estudio obligatorio con el estómago vacío y con el riesgo de entregar la primera nota del día si subías las escaleras en el momento que empezaba a sonar la primera nota del toque de Llamada. En esos veinte minutos tenías que haberte vestido, aseado, afeitado —en aquellos tiempo el alumno no podía llevar barba—, hecho la cama y llegado al edificio de aulas. A las 0755 se formaba para izar Bandera y a desayunar. A desayunar deprisa, porque a las 0830 tenías que estar ya en ropa de deporte o con equipo de combate dependiendo de si según el mes la gimnasia era a primera o última hora de la mañana. Tercien y paso ligero hasta la explanada de Gurp, siempre subiendo monte, claro está.  Hasta final de la mañana instrucción de combate (individual primero, por escuadras, por pelotones y por secciones progresivamente).

A las 1330 alto y a comer tras haberte limpiado la pintura de la cara rápidamente. A las 1530 un par de horas de clase hasta las 1730 y descanso hasta las 1830, hora en que todo el mundo debía estar de nuevo en el aula para el estudio obligatorio de las tardes hasta las 2030. De ahí a cenar, retreta y a las 2230 silencio, salvo el día de instrucción o marcha nocturna que era uno por semana. 

Los viernes todo igual, salvo que en lugar de instrucción de combate se hacía orden cerrado. Los sábados y domingos zafarrancho, entrenamientos deportivos, patrullas de tiro, etc, revista y quien tuviera un duro y no estuviera arrestado, de paseo desde las 1200 hasta la retreta de las 2230. Los arrestados a estudio de arrestados prácticamente todo el fin de semana.

¿Y maniobras? Pues las maniobras, a las que allí llamábamos vivacs, teníamos una por mes: el vivac de iniciación, dos o tres vivacs topográficos, el de supervivencia, el de guerrillas, el de montaña, el de casos particulares del combate y algunos más que ya no recuerdo, pero que serían, seguro, altamente instructivos.

Y en tercer curso, siendo ya CASEP (Caballero Alumno Sargento Eventual en Prácticas, luego cambiado por, simplemente, Caballero Sargento Alumno), volvíamos a Talarn de enero a julio salvo un par de meses de prácticas en las unidades.

Sé que su estilo ha cambiado y la Básica ya no es lo que era, por eso dije que iba a hablar de lo que ya nadie habla por miedo a molestar a los ofendiditos. 

En primer lugar porque actualmente los alumnos ya sólo pasan en Talarn tres meses y pico del primer curso, pues luego tienen que irse rápido a las academias especiales a estudiar muchas asignaturas civiles con el nudo de la corbata bien hecho. Esto, irremediablemente, va contra la pura esencia de la creación de la AGBS, es decir, la formación integrada de todas las armas y cuerpos en un primer curso común que ha derivado en unos pocos meses. Cuando el Caballero Alumno llegaba a la academia tenía mucho que aprender, mucho a lo que acostumbrarse y muchos compañeros con los que convivir durante todo un largo año, pero actualmente el Caballero Alumno sabe que su etapa en el pirenaica academia es un corto trámite de cara a su verdadera formación en su respectiva academia del arma.

En segundo lugar porque creo que el actual sistema de designación del profesorado no es, tampoco, el adecuado. Hoy en día la plantilla de la Academia es muy reducida con pocos cuadros de mando que tienen, principalmente, los cometidos de Plana Mayor y de Jefatura de Estudios, teniendo que designar en comisión de servicio a oficiales y suboficiales de las distintas unidades del ET para ejercer como protos y mandos orgánicos de las compañías de alumnos. Hay que comprender que la actual situación derivada del vigente plan de estudios de la Escala de Suboficiales obliga a tener demasiados meses la academia en baja intensidad, por lo que se rellena su contenido con cortas fases presenciales de cursos de ascenso a Suboficial Mayor, a Brigada o a Cabo Mayor e, incluso, con cursos de idiomas, pero esto redunda muy negativamente en el mantenimiento de un verdadero espíritu de unidad. En resumen, para asegurar su supervivencia se ha tenido que convertir la Básica en un cajón de sastre, lo que es, desde luego, muy de agradecer corriendo los tiempos que corren, pero podemos decir más que nunca y sin ninguna duda que la Básica ya no es lo que era...

Un primer curso entero potenciando el espíritu de equipo y la camaradería con el 80% de nuestras clases dedicadas a la instrucción en el campo, conviviendo codo con codo con tus compañeros y en el que la parte teórica era sólo un complemento, eran muy distintos a dedicar el 80 % del tiempo a superar unos exámenes de forma individual. 

Pero ojo, que hayamos llegado a esto no es responsabilidad ni del personal destinado en la Academia ni de los que como alumnos pasan por ella en esta nueva etapa de planes de estudios militarmente insustanciales, sino de los que parieron un sistema que... vaya tela. ¿Se imaginan ustedes que los cadetes de la AGM estuvieran en Zaragoza sólo hasta Navidad de primero y se formaran el resto de sus cinco cursos en las academias especiales?

Con estos mimbres es difícil mantener alto el Espíritu de la Básica que se nos inculcó y que fue fraguando en nuestra joven alma militar cuando cada mañana leíamos nuestro lema A ESPAÑA SERVIR HASTA MORIR, cuando cada promoción subía a pintar esas letras a final de curso y cuando salíamos de uniforme de paseo con nuestras cadeteras blancas por las catalanas localidades de Talarn, Tremp o Pobla de Segur, orgullosos de nuestra vocación.