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Hablar pocas veces de la profesión militar es una de las pruebas de gran desidia e ineptitud para la carrera de las armas. (Del art. 14 de las RR.OO de las FAs)

16 junio 2024

LOS GASTADORES

 A pesar de que seguro que los lectores de El Furriel conocen el origen de los gastadores, vamos a profundizar un poco en cómo nacieron y cómo han ido evolucionando hasta nuestros días.

En el último tercio del siglo XV precedían a los ejércitos miles de peones cuya única función era allanar los caminos para el paso de los carruajes. Esta multitud de hombres inermes se amedrentaba ante la presencia del enemigo y no sólo entorpecía las evoluciones de su propio ejército, sino que además contribuía a extender el pánico entre los más débiles espíritus. Para evitarlo, el Gran Capitán sacaba de las filas un cierto número de soldados, los cuales manejando alternativamente la pica, la espada, el pico o la pala, aplanaban los caminos y peleaban al lado de sus compañeros, siendo muy reconocida y muy bien considerada su labor, muy al contrario de como se valoraba a los peones. Ser gastador era un orgullo.

Esta idea de Don Gonzalo Fernández de Córdoba era nueva y eficaz, como todo en aquellos buenos tiempos en los que los españoles teníamos la primacía de casi todo, pero claro, los franceses, tan gabachos ellos, decían cincuenta años después que al construir el puente de Outreau se logró que por primera vez las tropas trabajasen y perdiesen la preocupación de que el trabajo de gastador fuera peligroso y humillante.

Posteriormente, en las unidades de Caballería y de Artillería a los soldados que ejercían las funciones propias de los gastadores se les llamaba batidores. Esta denominación viene de cuando las unidades de esas armas mandaban a vanguardia a escuadras que oteaban o batían el terreno, tanto en momentos previos al ataque como en los previos al cañoneo artillero.

En 1760 se estableció que, sin perder su original cometido, los gastadores comenzaran a realizar misiones de honor y de escoltas solemnes. Muy poco después, en 1768, las Ordenanzas de Carlos III regularon la composición de las escuadras de gastadores, estableciendo que cada batallón debía contar con una unidad de este tipo compuesta por un cabo y seis soldados, composición que se ha conservado hasta nuestros días. 

Siempre se seleccionó para las escuadras de gastadores a los soldados más corpulentos y altos y hasta el hecho de ser bien parecido se tenía en cuenta para la selección de los gastadores en algunas ocasiones. Así se establecía en las normas tácticas de la época, pues un soldado de gran envergadura tenía más potencia y fuerza en el manejo de las herramientas de desgaste del terreno

Aunque el Arma de Ingenieros data de 1711 cuando se constituyó como cuerpo facultativo para la dirección técnica de obras tanto en campaña como en guarnición, sería a partir de 1802, con la creación del Regimiento Real de Zapadores Minadores, cuando los gastadores empezaron a dejar de tener labores tácticas y pasaron a desarrollar prácticamente con exclusividad las labores solemnes y de escolta fijadas cuarenta años antes.

Gastador de Infantería hacia 1821.

A partir de entonces, los gastadores pasaron a prestar sus servicios en la Plana Mayor del Regimiento o del Batallón acompañando como escoltas al Coronel o Teniente Coronel. Estos soldados solían ser reconocidos como Soldado de 1ª y comenzaron a desfilar siempre en vanguardia abriendo simbólicamente la marcha de la unidad. Inspirados en su función original, mantuvieron sus herramientas con carácter ornamental. 

Gastador en servicio de escolta. Años 50 del S. XX

Para distinción y orgullo de los gastadores, empezaron a colocarse sobre la manga del uniforme el emblema de los gastadores, consistente en el escudo del arma o cuerpo sobre pala, pico y hacha cruzados. Posteriormente, ya en los años cincuenta del S. XX, ese emblema se colocó sobre un rombo, llegando así a la actualidad. 

Rombo de gastador de la Guardian Civil.

A mediados del siglo XX comenzaron a colocarse cordones acabados en borlas con flecos y manoplas generalmente blancas y raramente negras. Al conjunto de estos adornos se les llama Galas de Gastador. Estas galas son de distintos colores siempre relacionados con la tradición del arma o con la identidad de la unidad. Además de estas galas, podemos destacar la altura y la chulería en el desfilar como señas de identidad de los gastadores españoles.

Escuadra de Gastadores de Infantería. 1967

Y así llegamos a nuestros días, época en la que tanto hemos desvirtuado el origen y verdadero sentido de las cosas. Los Gastadores no iban a ser menos…

En primer lugar, la más característica seña de identidad de los Gastadores, su altura, se ha perdido totalmente en beneficio de no sé qué criterio para su designación. Criterio, sea cual sea, que pugna, igualmente, con la otra característica, la chulería en el desfile, ya que se ve por ahí actualmente cada escuadra que da pena compararla con cualquiera de las de los soldaditos de reemplazo de los años setenta, ochenta o noventa —no lo digo yo, lo dice Youtube—. Sé que no es políticamente correcto, pero no puede tenerse una Escuadra de Gastadores con gordos y con bajitos, como las hay, y bastantes. Tampoco se puede tener a gastadores que muñonean al bracear dando más aspecto de mutilados que de jóvenes guerreros. 

El Cabo de la Escuadra de Gastadores de mi promoción en la Academia, con su 1,87 m de altura era el más bajo de la Escuadra y, como en esa época no había gordos en las academias pues el ritmo de vida lo impedía, tampoco había gordos entre los gastadores. Ahora tenemos el problema de que cada vez se pretende más el que la Escuadra haga muchos malabares con el fusil, en perjuicio del aspecto y de la chulería en el desfile de algunos gastadores. Manejan bien el fusil al aire, pero poco importa si son bajitos o desfilan como el culo en esta época de mediocridad en la que todo vale.

Escuadra de Gastadores. XIV Promoción. AGBS. 

Es también una pena que se haya perdido la forma de aquellas grandes manoplas de cuero acharolado cambiándolas por unos pequeños y plasticosos manguitos, que es como ahora llaman a las manoplas, tal vez por no tener ni puñetera idea de qué son y por qué se llevan.

Y dolor especial me produce, y reconozco mi fracaso intentando recuperarlo en las unidades del Arma en las que he estado, que los gastadores del Arma de Ingenieros hayan perdido sus correajes portaherramientas blancos, tan característico de los Zapadores.

Pero en fin, en cualquier caso y pese a que los tiempos cambien, aún sigue habiendo escuadras que te demuestran que todavía queda esperanza.



2 comentarios:

Gunner dijo...

Buen articulo histórico de los gastadores. Algunos apuntes más sobre ellos: (siento que sea algo largo)

En 1567, en Vélez de la Gomera un gastador cobraba de sueldo 4 escudos. Este era un buen sueldo, si se tiene en cuenta que el del soldado es de tres ducados como sueldo básico, al que se le añaden las ventajas correspondientes, y dos y medio el de los marineros. Los artilleros 4 ó 5 ducados fijados por el rey.

En 1876 la Dirección General de Infantería marcaba «….considerando que por la falta de aplicación constante y el transcurso del tiempo, suelen caer en el olvido algunas disposiciones legislativas, he creído oportuno recordar entre otras cosas: He observado que las escuadras de gastadores, cuando van al frente del batallón, unas marchan con hileras y filas cerradas, y otras, exageradamente abiertas, ocupando una extensión que raya en lo ridículo. Todos los batallones se sujetarán al orden marcado en el art. 2.", capítulo 7." de dicha instrucción, no permitiéndose tampoco esos movimientos de brazos grotescos que tanto desdicen de la gravedad militar, ni que el cabo vuelva frecuentemente la cabeza hacia su escuadra, porque es al jefe del batallón a quien incumbe el que marche bien la tropa que él conduce.»

El reglamento de uniformidad para la Infantería de 1877 reglamentaba una serie de elementos para los gastadores:

Distintivo de gastadores. Los escudos serán de metal dorado figuran do un pico, una pala y un hacha entrelazadas, y se colocarán dentro del ángulo que forma el galón de distinción que deben llevar en el antebrazo; tendrán de alto 5 centímetros y 6 milímetros. Su precio 1'50 pesetas.
Machete de gastadores. De cruz, con empuñadura y contera de metal dorado, igual al diseño que va al final de este reglamento. Hoja de Toledo, como la que usan los cuerpos de Artillería e Ingenieros. Coste de 15 a 17'50 pesetas.
Tahalí para gastadores. Igual en un todo al de los sargentos, con la diferencia que ha de ser más ancho en la boquilla, a fin de que entre el machete. Coste de 1'75 a 2'25 pesetas.
Útiles para gastadores. Serán 13 por batallón, componiendo este número cinco hachas, cinco zapapicos, dos palas y una sierra; no se usarán en ninguna formación, debiendo estar depositados en el almacén para poderlos utilizar en caso de incendio u obras en que hayan de emplearse; en las marchas se llevarán con los almacenes 6 en el carro del batallón, no diferenciándose el vestuario del de los soldados de los regimientos, ni del de los cazadores en los batallones de este instituto. Coste de cada útil 22'60 pesetas.

En 1877 una Real Orden Circular determinaba las condiciones que han de reunir los individuos, y número de los que compondrán la escuadra de gastadores en Infantería, Artillería e Ingenieros respectivamente. Reducida la fuerza del Ejército a los límites que permite el actual presupuesto, y para que en las escuadras de gastadores haya la uniformidad conveniente en todos los institutos a pie, el Rey se ha servido a disponer que en cada compañía activa de los batallones de Infantería, Artillería e Ingenieros se elegirán para gastadores dos soldados de intachable conducta y esmerado aseo personal, que reúnan además buena estatura, robustez y agilidad. Cuando la escuadra de cada batallón se reúna, será mandada por un cabo I° cuyas circunstancias sean en un todo igual a las señaladas a los individuos que la componen. El cabo y los gastadores estarán exceptuados del servicio mecánico, pero prestarán el de armas que corresponda a sus compañías, y con ellas formarán para listas, revistas semanales y ejercicios doctrinales, marchando con las suyas cuando salgan destacadas: en las demás formaciones, la escuadra reunida se colocará a la cabeza de su batallón.

El Furriel dijo...

Muchas gracias Gunner.
Efectivamente este tema, como otros tantos, da para escribir mucho pues la historia militar de España es mucha.
Se agradece tu aportación que da más luz a las pequeñas pinceladas que da El Furriel cada domingo.

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