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Hablar pocas veces de la profesión militar es una de las pruebas de gran desidia e ineptitud para la carrera de las armas. (Del art. 14 de las RR.OO de las FAs)

30 julio 2023

LA ALAMBRADA ¿CONCERTINA?

 En esta España que nos ha tocado vivir, en la que se ha impuesto el desconocimiento del porqué de las cosas como algo normal por culpa de la falta de interés por el estudio de todo lo referente a los aspectos que nos afectan, se admiten como buenas denominaciones o expresiones totalmente erróneas. Esta situación se agrava cuando quienes usan dicho vocabulario son profesionales en la materia. Este es el caso, por ejemplo, de la mal denominada ALAMBRADA CONCERTINA.

No es que el conocimiento de la alambrada concertina sea tan importante como para servir de tema para una tesis doctoral, pero precisamente por la sencillez de la materia, creo que sería interesante que la gente, con un simple minuto de atención, aprendiera qué es y cuál es el uso de este tipo de obstáculo y así pudiera dejar de hablar de forma indebida, sobre todo los militares.

La históricamente conocida como alambrada concertina, cuyo nombre técnico es alambrada rápida por la rapidez en su instalación (al contrario que la alambrada ordinaria), es un tipo de alambrada usado desde hace más de un siglo y que puede estar constituido su alambre tanto por pinchos como por cuchillas. El obstáculo en sí reviste el mismo valor físico con un tipo de complemento que con el otro (pincho o cuchilla), pues su finalidad es disuadir, detener o retrasar el avance enemigo. Incluso para el que pretenda «saltarse» esta disuasión e intente sobrepasarla sufrirá los mismos efectos teniendo pinchos que cuchillas.




Sin embargo, en el mundo de la información hay mucha desinformación con los asuntos de temática militar. Todos habremos oído alguna vez aquello de han caído no sé cuántos obuses sobre Ucrania, cuando un obús no es un proyectil de Artillería, sino el arma que dispara esos proyectiles; vamos, similar a un cañón. Hasta ahora no he oído a ningún militar hablar de obuses como munición (toco madera…) pero sí, desgraciadamente, he oído a militares seguir las doctrinas periodísticas (y políticas) de llamar concertina a la alambrada rápida únicamente formada por cuchillas.

La alambrada no recibe el nombre de concertina por tener cuchillas, como deduciría cualquier mortal si su conocimiento se redujera a lo aprendido en telediarios o redes sociales cuando los políticos de turno hablan sobre las alambradas en Ceuta o en Melilla; a la alambrada rápida (tanto de pincho como de cuchilla) se le llama coloquialmente concertina porque el rollo que forma este alambre durante su almacenamiento, al estirarse se asimila a un instrumento musical denominado la concertina.


El mayor potencial de este tipo de obstáculo lo adquiere cuando quien pretende superarlo corta dicho alambre, pues la tensión que posee al estirarlo para su instalación hace que, al cortarlo, suelte un latigazo que será mayor cuanto mayor sea el estiramiento con el que se ha instalado. En ese momento da igual que lleve pinchos o cuchillas, su daño físico depende de la tensión del alambre. Sin embargo, el efecto disuasorio es mucho mayor con cuchillas que con pinchos, pues parece que hace más daño el corte que el pinchazo.

Resumiendo:
        Alambrada rápida de pinchos = alambrada concertina de pinchos.
        Alambrada rápida de cuchillas = alambrada concertina de cuchillas.



(Foto de dos zapadores de la Brigada Paracaidista tirándose cuerpo a tierra sobre alambrada rápida de cuchillas. El resto del pelotón pasará a la carrera el obstáculo pisando sobre sus cuerpos. Con esa tensión que tiene la alambrada, como se puede ver en la foto, no reviste prácticamente poder de detención por sí sola y sólo sirve para retrasar el avance si el obstáculo, como debe ser, está batido por el fuego).



23 julio 2023

LA GUERRA NO ES MISERIA

 Esta mañana, como cualquier otra, he procedido al ritual de mi aseo. Una parte esencial de ese ritual es el afeitado; y es un ritual, al menos, para los que nos afeitamos a diario.

En mi época de paraca tenía yo un capitán que cuando por las mañanas nos veía afeitándonos de cualquier manera en el campo estando de maniobras, siempre decía con voz firme "venga, que la guerra no es miseria".

Creo que todas y cada una de las mañanas desde aquella época, al afeitarme, he recordado a mi antiguo capitán diciendo esa frase que tanto fondo tiene.

Los que hemos estado destinados en la Brigada Paracaidista, donde había que afeitarse a diario, incluso, estando de maniobras, lo tenemos más o menos claro, pero... ¿es realmente así para todo el mundo o salir al campo supone dejarse totalmente?


Yo siempre he pensado que eso que decía mi capitán era totalmente cierto. Ir a la guerra, entrar en combate, en fin, liarte a palos con el enemigo, no tiene por qué ser motivo para ir sucio y desaliñado.

Dentro de las posibilidades que te da la vida en campaña, y más con la velocidad de la guerra actual, el militar debe ir vestido y aseado lo máximo posible. Un cacillo de cantimplora y un poco de agua y unas toallitas húmedas (el gran invento del hombre) son más que suficientes para asearse de una forma más que decente.

No, no se trata de vestirse de gala, tampoco es eso; se trata de que, además de serlo hay que parecerlo. Unas veces podrá uno afeitarse y otras no, pero la actitud debe ser de ir adecuadamente vestido dentro de las posibilidades. ¿Puede haber algo que denigre más a tu enemigo que le hagas prisionero yendo tú bien afeitado y bien aseado? Bien afeitado y bien aseado dentro de las posibilidades que te da la vida en campaña, está claro.

La guerra es muy larga y las maniobras también, por eso hay tiempo para todo. Hay momentos en los que el fragor del combate nos impide hasta parar a comer, pero hay otros momentos en los que se está parado. Estos momentos, en los que se está parado, son momentos para descansar y para asearse.

Pues eso, que la guerra no es miseria...

16 julio 2023

EL ORDEN CERRADO

 Soy un convencido de que el Orden Cerrado es una disciplina tan necesaria como la formación táctica, la formación física o la formación técnica, pues es la actividad conjunta que infunde y materializa algunos valores que no se pueden adquirir y alimentar sólo con el resto de actividades de la instrucción del militar y del adiestramiento de las unidades. El Orden Cerrado, sin duda, sirve para fomentar la disciplina, el compañerismo y el espíritu de equipo.

Para crear La Legión, el Teniente Coronel Millán-Astray tuvo una gran influencia del maestro de samuráis Miyamoto Musashi, quien en su libro Los Cinco Anillos consideraba que “se vuelve más fácil hacer cualquier cosa cuando llegas a no tener nada en tu mente”; este es el concepto que le da a la repetitiva instrucción de Orden Cerrado la valía como método para conseguir el automatismo en el cumplimiento de las órdenes.

Siendo conscientes de que la instrucción de Orden Cerrado se vuelve en muchos casos tediosa y muy poco atractiva, debemos ser conscientes, también, de que sin ella es imposible alcanzar un nivel satisfactorio de desfile en una unidad. Es imposible desfilar bien si no se hace casi nunca instrucción de Orden Cerrado y, claro, luego se ve lo que se ve por ahí…

Cuando se ve a una unidad militar, sea del ejército que sea, desfilar mal, es difícil creer en su prestigio como una unidad preparada y puntera; más bien, al contrario, acaba uno pensando en la desidia del personal que la compone y en las pocas ganas de hacer bien las cosas. Sin embargo, cuando se ve una unidad que rebosa marcialidad y hace bien las cosas, es muy fácil creer en ella como una buena unidad; nadie pone en duda su prestigio. Y el prestigio de una unidad es muy importante, ante los españoles y… ante el enemigo.

Una unidad militar en parada o desfile debe rebosar marcialidad, arrogancia, ciega y feroz acometividad o, dicho de forma más coloquial, chulería; que se vea claramente que esa unidad va a comerse el mundo. Es imposible creer que se va a comer nada una unidad en la que sus componentes se mueven, están cabizbajos, con el pecho caído, no bracean con energía o se salen de formación porque “están muy malitos”
Pues bien, todo esto se consigue con instrucción, instrucción y más instrucción. No vale ensayar uno o dos días antes de una ceremonia militar; hay que ser metódico para que el esfuerzo durante el desarrollo de las sesiones de Orden Cerrado dé sus frutos.

También es fundamental tener en cuenta que la efectividad del Orden Cerrado no se conseguirá jamás, y sólo se perderá el tiempo, si los cuadros de mando no conocen perfectamente las publicaciones doctrinales y reglamentos sobre esta materia. Se ven unidades que piensas que mandándoseles como se les manda es imposible que lo hagan bien.

Tampoco olvidemos que el Orden Cerrado es la formal carta de presentación de una unidad militar ante quienes no ve al soldado en su trabajo diario. Nadie ve al militar cuando está de maniobras, de misión en el extranjero, pasando calor o frío en el campo o trabajando toda la noche en la preparación de un tema táctico. Es ahí, en los desfiles y paradas, cuando damos la oportunidad al español de demostrar el orgullo que siente por sus ejércitos; sería injusto despreciarles no dándoles, con toda la brillantez, lo que quieren ver.

En definitiva, que no vale eso de que “nosotros nos preparamos para la guerra”. Eso lo pueden decir los mediocres que son incapaces de ser buenos en todo y que se conforman con querer ser buenos sólo en una parte de sus cometidos. Para ser el mejor soldado de la Patria, hay que querer ser bueno en todo, incluido en el Orden Cerrado.



09 julio 2023

EL SARGA

El uniforme legionario, el que actualmente se denomina tradicional o de trabajo, es conocido por "el sarga". Bien, es una forma familiar de referirse a él totalmente aceptable. El problema es que se tiene un concepto equivocado del porqué de ese nombre.

¿Qué es el sarga? Pues según dice la RAE, es una tela de lana o estambre cuyo tejido forma unas líneas diagonales. Es decir, es un tipo de tejido, no un color.


Todo esto viene a cuento de la cantidad de legionarios que creen que el sarga es un tono del color verde.

Cuántas veces habremos oído o leído verde sarga, como si fuera un verde de tono sarga. Pues no, no está bien dicho; no se puede decir verde sarga como si estuviéramos diciendo verde claro o verde oscuro. Lo correcto es decir uniforme de sarga verde.

¿Si el tejido fuera pana diríamos uniforme verde pana? No, diríamos uniforme de pana verde.

Tanto se creen algunos que sarga quiere decir verde Legión, que hasta para denominar el uniforme de diario del legionario, se llega a decir el uniforme sarga de diario.

¿No sería más bonito que se difundiera la costumbre de llamar a ese color verde Legión?

Pues eso...

08 julio 2023

Nace El Furriel

Este blog, El Furriel, nace con la intención de expresar, de forma totalmente personal, los pensamientos de un viejo soldado sobre cualquier tema referente a la Milicia.

En una compañía, el Furriel es el encargado de almacenar y controlar un gran número de materiales, de la más diversa índole, totalmente necesarios para la vida de la unidad tanto en guarnición como en campaña. Este blog tratará de diversos asuntos referentes a la vida militar en los ejércitos de España tanto en guarnición como en campaña; asuntos que, unos más relevantes que otros, rigen el día a día de una unidad militar.

Este Furriel no pretende «rajar», quejarse o criticar a superiores, a compañeros o a subordinados; solamente quiere explicar cosas que, por su dilatada experiencia en la furrielería, sabe que muchos desconocen actualmente. Y es que el Ejército se ha convertido en algo tan complejo que se han ido olvidando pequeños y cotidianos detalles de la vida militar.

Desde este momento se abre la furrielería. ¡Cuartelero, da la voz!