En esta España que nos ha tocado vivir, en la que se ha impuesto el desconocimiento del porqué de las cosas como algo normal por culpa de la falta de interés por el estudio de todo lo referente a los aspectos que nos afectan, se admiten como buenas denominaciones o expresiones totalmente erróneas. Esta situación se agrava cuando quienes usan dicho vocabulario son profesionales en la materia. Este es el caso, por ejemplo, de la mal denominada ALAMBRADA CONCERTINA.
No es que el conocimiento de la alambrada concertina sea tan importante como para servir de tema para una tesis doctoral, pero precisamente por la sencillez de la materia, creo que sería interesante que la gente, con un simple minuto de atención, aprendiera qué es y cuál es el uso de este tipo de obstáculo y así pudiera dejar de hablar de forma indebida, sobre todo los militares.
La históricamente conocida como alambrada concertina, cuyo nombre técnico es alambrada rápida por la rapidez en su instalación (al contrario que la alambrada ordinaria), es un tipo de alambrada usado desde hace más de un siglo y que puede estar constituido su alambre tanto por pinchos como por cuchillas. El obstáculo en sí reviste el mismo valor físico con un tipo de complemento que con el otro (pincho o cuchilla), pues su finalidad es disuadir, detener o retrasar el avance enemigo. Incluso para el que pretenda «saltarse» esta disuasión e intente sobrepasarla sufrirá los mismos efectos teniendo pinchos que cuchillas.
(Foto de dos zapadores de la Brigada Paracaidista tirándose cuerpo a tierra sobre alambrada rápida de cuchillas. El resto del pelotón pasará a la carrera el obstáculo pisando sobre sus cuerpos. Con esa tensión que tiene la alambrada, como se puede ver en la foto, no reviste prácticamente poder de detención por sí sola y sólo sirve para retrasar el avance si el obstáculo, como debe ser, está batido por el fuego).