La semana pasada, al hablar sobre el desfile del 12 de octubre, terminé comentando que en la AGBS los Caballeros Alumnos habían jurado Bandera con el uniforme de campaña y que no hablaba más de ello porque me calentaba. Sin embargo, al final voy a escribir lo que pienso sobre esto, dándole la razón a un compañero de promoción que me decía que no se creía que no fuera a escribir sobre este triste asunto.
Este asunto es muy grave. Ya sabéis los que me conocéis o, si no, los que leéis El Furriel, lo importante que es para mí la imagen del Ejército en general y del militar en particular. Por ello la importancia del uniforme, que no es sólo un conjunto de prendas de tela, sino un hábito por la relevancia mística que supone vestirlo con el orgullo de todos los valores morales que representa. —Recomiendo la lectura de mi artículo de julio sobre EL UNIFORME MILITAR—.
A estas alturas de mi vida militar, cuando acaban de cumplirse cuarentaidós años desde que juré Bandera, ya asumo que soy un dinosaurio de un Ejército que en casi nada se parece al que me enganchó y enamoró para siempre. Supongo que ya sobro aquí, pero que se jodan los del nuevo estilo, que no me voy aún.
La dejadez en la conservación de los valores, el error de concepto de cuáles son las obligaciones militares o la mediocridad de quienes son incapaces de mantener la excelencia en todo, incluso en las cosas más superfluas, han hecho que esto ya no sea lo que era ni de coña. Y lo que era sería mejor en algunas cuestiones y peor en otras, pero jamás en la historia se ha visto a alumnos de una academia de Oficiales o de Suboficiales jurando Bandera con el mismo uniforme con el que hacen zafarrancho de limpieza los sábados por la mañana —si es que aún se hace, que supongo que tampoco—.
Y es la gravedad de este asunto la que me lleva a preguntar si ya han fusilado al amanecer al culpable. Porque alguien será el responsable, y en este caso culpable, de este despropósito, digo yo. No sé quién será, pero está claro que alguien ha hecho mal su trabajo. O no lo ha hecho.
He leído por ahí esta semana que tanto el nuevo proceso de licitación como el nuevo sistema de suministro son muy complejos y eso ha imposibilitado que los CA,s. de la Básica vistieran adecuadamente para el acto más importante de su carrera militar. Pues me parece una muy fea y cobarde manera de escurrir el bulto y de eximir responsabilidades. Los sistemas de licitación del Estado son los que son, pero todos sabemos que cuando entran en los cuarteles los complicamos con un montón de instrucciones técnicas, o normas generales que dificultan aún más cualquier proceso, por lo que alguien no ha hecho su trabajo y no ha previsto lo que podría pasar. Repito, no sé quién es el culpable, pero alguno hay seguro. Esto no es cuestión de mala suerte, es cuestión de hacer las cosas mal.
Ya no estamos en la época en la que no había uniformes de gala para la Tropa de reemplazo y juraban Bandera con uniforme de instrucción, por lo que creo que es muy difícil de justificar que alumnos de los centros de formación de Tropa sí lo tengan y los alumnos de la enseñanza de Suboficiales no.
Por cierto, también se ha dicho que es la primera vez que se jura Bandera con el uniforme de campaña, lo que es rotundamente mentira. En 2020, con motivo de la pandemia, los CAs de 1º de la Escala de Suboficiales fueron repartidos para jurar Bandera en tres academias distintas: en la AGBS, en la Academia de Infantería y en la de Caballería. Pues bien, como puede verse en la siguiente foto, en la AGBS juraron con el de instrucción mientras en la ACINF y en la ACAB juraron con el de gala. No creo que fuera un problema de licitación que un tercio de la promoción, los que juraron en Talarn, no tuvieran uniforme y los que juraron en Toledo y en Valladolid, sí. Y si sí fue un problema de suministro —que tendría cierta disculpa por la pandemia—, entonces es que desde 2020 no hemos aprendido nada.
(Siento la calidad de las fotos, pero son las únicas que he encontrado de ese año)
El caso, y esto es lo más grave, es que unos jóvenes ilusionados con los primeros pasos de su carrera como Suboficiales del Ejército Español van a tener el mismo recuerdo del momento más importante de su vida militar que los soldaditos de reemplazo de principios de los años 90. Lo peor de todo es que hay quien piensa que tampoco es para tanto.
Sólo espero que el año que viene no se retrase también la licitación o el suministro de uniformes de campaña y tengan que jurar Bandera en chándal, en albornoz o incluso vestidos de paisano, qué más da...
Y a propósito de uniformidades, alguien debería leerse y, sobre todo, cumplir el punto 8.6 de la IG 03/22 “DESCRIPCIÓN Y USO DE LOS UNIFORMES Y PRENDAS DEL EJÉRCITO DE TIERRA” en el que se especifica que cuando se forme con uniforme de campaña no se usará sable y, si se forma de campaña en un acto de gala, se llevarán guantes blancos. Pero bueno, lo normal últimamente: qué más da...
