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Hablar pocas veces de la profesión militar es una de las pruebas de gran desidia e ineptitud para la carrera de las armas. (Del art. 14 de las RR.OO de las FAs)

28 julio 2024

EL IDEARIO PARACAIDISTA

La semana pasada, al escribir sobre el CREDO LEGIONARIO decía que en el Ejército Español hay una serie de normas morales que, unas con más tradición que otras, unas con más acierto en su redacción que otras y unas mucho más motivadoras que otras, buscan ser la guía espiritual sobre la que fundamentar los valores y la idiosincrasia de cada unidad. Muy de moda se ha puesto en los últimos quince o veinte años inventarse decálogos que en su mayoría, siento decirlo, infunden bastante poca motivación. Y es que redactar un credo, un ideario o un decálogo no lo puede hacer cualquiera, porque luego el resultado es el que es.

Ya dije que, sin duda, el Credo Legionario y el Ideario Paracaidista son los dos códigos militares españoles de mayor carga moral. Hoy toca hablar sobre este último.

La Brigada Paracaidista, cuyo nombre oficial actual es el de Brigada "Almogávares" VI de Paracaidistas, nació el 17 de octubre de 1953 con la creación de la Bandera Paracaidista "Roger de Flor", fundada por el Comandante D. Tomás Pallás Sierra. El 23 de febrero de 1954 realizaban el primer lanzamiento paracaidista los componentes del primer curso, fecha que se adoptó como inicio oficial de una corta pero intensa historia de los paracaidistas del Ejército de Tierra. En 1956 se creó la Bandera "Roger de Lauria", II de Paracaidistas y, con ella, la Agrupación de Banderas Paracaidistas. En  1957 tuvieron los paracas su bautismo de fuego entrando heroicamente en combate en la Guerra de Ifni. Ese mismo año, y para desplegar en Ifni apoyando a las dos banderas paracaidistas, se crea la Sección de Transmisiones Exterior, germen del futuro Batallón de Ingenieros Paracaidistas. En 1960 se crea la Bandera "Ortiz de Zárate" III de Paracaidistas, en 1961 la Unidad de Depósito e Instrucción y en 1965 la Agrupación de Banderas Paracaidistas se convierte en Brigada Paracaidista al crearse el Grupo de Artillería, el Batallón de Ingenieros, el Grupo Logístico y el Batallón de Instrucción.

 
Primer emblema de la Agrupación de Banderas Paracaidistas

En 2016, se crean los regimientos paracaidistas "Nápoles" nº 4 y "Zaragoza" nº 5 y se integra en la BRIPAC el Regimiento de Caballería "Lusitania" nº 8.

Comandante Pallás, fundador de los Paracaidistas

La I Bandera Paracaidista se nutrió, sobre todo, de oficiales legionarios y de suboficiales y tropa de unidades de Montaña. El estilo con el que el Fundador impulsó  a la nueva unidad fue muy similar al de La Legión, de la que procedía y, de la misma manera que el Tercio tenía su código moral desde sus primeros años, así lo pretendió Pallás para los paracas desde el principio. 

Pallás, enérgico aragonés, quería un ideario que compendiara todo lo que debería ser el paracaidista y encargó de ello a un joven oficial cuyas dotes literarias empezaban a ser conocidas. Fue el teniente José Frías O´Valle, uno de los fundadores de la Primera Bandera, quien redactó un conjunto de Promesas y Mandatos que influyesen en el espíritu que debía animar a los Caballeros Legionarios Paracaidistas. Así nació nuestro Ideario en 1960.

El Ideario Paracaidista, de doce artículos como el Credo Legionario, se dividió en dos partes: una primera en la que se dice al paracaidista cuál debe ser su conducta, es decir, unas órdenes, unos Mandatos, y una segunda parte, en la que el paracaidista se compromete a cumplir de determinada forma, es decir, un compromiso, unas Promesas. En resumen, el Ideario se creó con unos Mandatos que obligaban al paracaidista y unas Promesas con las que el paracaidista se comprometía, lo que se aprecia en la diferente forma de redacción.

No tengo claro cuál fue el texto original porque hay un par de versiones por ahí que cambian un poco, pero sí cuál fue el que tradicionalmente, durante décadas, se recitó en la Brigada Paracaidista y que dice así:


IDEARIO PARACAIDISTA ANTIGUO

MANDATOS

Nuestro historial

En Ifni se abrió el libro de nuestra historia, no escatimarás tu sangre para escribir en él páginas de gloria.

Trilogía

Dios te dio un alma; tus padres un cuerpo; la Patria, un arma; conserva limpios los tres.

La salud física y la moral

La alegría del vino y las emociones del juego son falsas. Busca la alegría estando contento contigo mismo y las emociones en los deportes y serás sano de cuerpo y alma.

La vida y la muerte

La vida se defiende luchando, la muerte ni se evita ni se busca; la muerte es el mayor premio para el valiente y el mayor castigo para el cobarde.

Honradez

Nunca obres bien ni por miedo al castigo ni por agradar a tus jefes, hazlo así porque es tu deber.

Espíritu de equipo

El valor individual supone mucho pero el valor colectivo y el espíritu de equipo pueden con todo.

PROMESAS

La misión

Por encima de todo está la misión; el calor, el frío, el hambre, el sueño y el cansancio para mí serán estimulantes.

Obediencia

Trabajaré, haré lo que se me mande. Cuando nadie me pueda mandar haré aquello que me mandarían mis jefes si pudieran hacerlo.

Espíritu del deber

Cumpliré con mi deber y no esperaré el juicio de los hombres. Cuando mis superiores no me vean ni me vigilen cumpliré aún mejor que en su presencia. Haré los servicios de armas como si enfrente tuviera al enemigo.

Espíritu de sacrificio

Ningún obstáculo será tan grande que no pueda superarlo, cuanto mayor sea la dificultad y más imprevista la situación, más me superaré y mejor cumpliré la misión. Cuando enfermo, agotado o herido sea un lastre para el cumplimiento de la misión, cooperaré hasta morir.

Voluntariedad

Seré voluntario para cualquier sacrificio. Los puestos de mayor riesgo y fatiga son los puestos de mayor honor.

Espíritu de compañerismo

Ayudaré al débil, me alegraré de los éxitos de mis compañeros y nunca envidiaré a nadie. Procuraré superarlos por mis propios medios.

Pero llegó el año 2003 y se cambió el Ideario Paracaidista sin haber conseguido hasta hoy saber la razón exacta que llevó a esta mutilación del Ideario original. Ya no se diferenciaba entre mandatos y promesas, se redujo de doce a diez espíritus o artículos y se suprimieron algunas partes de algunos que sobrevivieron. Claro, no estaba bien visto que recitáramos que Dios nos dio un alma ni la Patria un arma...

Y esto me apena especialmente por añoranza porque cuando llegué destinado de joven sargento al Batallón de Ingenieros Paracaidista, época en la que aún se pasaba retreta y se leía la orden y se recitaba la Oración y el Ideario por la noche, en mi primer servicio de Suboficial de Cuartel de la Compañía de Zapadores nos tocó recitar la Trilogía. Por ser mi primer Ideario, siempre lo recordé con cariño, además de que era uno de los que más me gustaban. 

Una vez más, como ocurrió al suprimir la camisa legionaria, al suprimir el elegante uniforme de gala en formación (salvo para Semana Santa en Málaga) o al suprimir la versión paracaidista de La muerte no es el final los paracaidistas perdimos parte de de nuestro origen, de nuestra tradición y de nuestra identidad. 

Cía. Zapadores Paracaidistas en uniforme de gala en formación usado hasta principios de los 80

Así quedó redactado el nuevo Ideario Paracaidista:

IDEARIO PARACAIDISTA ACTUAL

Nuestro historial:

En Ifni se abrió el libro de nuestra historia, no escatimaré mi sangre, para escribir en él páginas de gloria.

La misión:

Por encima de todo está la misión; el calor, el frío, el hambre, el sueño y el cansancio, para mí serán estimulantes.

Obediencia:

Trabajaré; haré lo que se me mande, en ausencia de mis jefes cumpliré mejor que en su presencia.

La vida y la muerte:

La vida se defiende luchando; la muerte es el mayor premio para el valiente y el mayor castigo para el cobarde.

Espíritu de superación:

Ningún obstáculo será tan grande que no pueda superarlo.

Voluntariedad:

Seré voluntario para cualquier sacrificio; los puestos de mayor riesgo y fatiga son los puestos de mayor honor.

Espíritu de equipo:

El valor individual supone mucho, el valor colectivo y el espíritu de equipo pueden con todo.

Valor y humildad:

Seré bravo y fiero como el león en el campo de batalla. Nunca se sabrá de mis hazañas por mis propios labios.

Espíritu de compañerismo:

Los éxitos de mis compañeros serán los míos propios. Las leyes del compañerismo serán mi doctrina.

La salud física y moral :

Forjaré mi mente y mi cuerpo, buscando la vida sana en el trabajo, la instrucción y el deporte.

En fin, que aunque el cambio no fuera tan gordo como el que pretendió sin éxito el JEME con el Credo Legionario en 1997, en este caso sí llegó a consumarse la mutilación parcial del Ideario, cambiando parte de nuestra esencia. Una pena... de nuevo.


21 julio 2024

EL CREDO LEGIONARIO

 En el Ejército Español hay una serie de normas morales que, unas con más tradición que otras, unas con más acierto en su redacción que otras y unas mucho más motivadoras que otras, buscan ser la guía espiritual sobre la que fundamentar los valores y la idiosincrasia de cada unidad. Muy de moda se ha puesto en los últimos quince o veinte años inventarse decálogos que en su mayoría, siento decirlo, infunden bastante poca motivación. Y es que redactar un credo, un ideario o un decálogo no lo puede hacer cualquiera, porque luego el resultado es el que es.

Para mí, como es obvio —lo siento, pero es mi blog—, hay tres que están a otro nivel, como son principalmente el Credo Legionario y el Ideario Paracaidista, seguidos muy de cerca por el Decálogo del Cadete. Auténticos catecismos de la Milicia.

Y, aunque mi corasón partío legionario-paracaidista no pudiera decantarse por otros códigos morales, no hay que olvidar que el Credo Legionario lo escribió el Teniente Coronel Millán-Astray, fundador de La Legión, el Ideario Paracaidista lo escribió el Teniente Frías O´Valle, héroe de Ifni, y el Decálogo del Cadete lo escribió el General Franco, fundador de la Academia General Militar en su tercera época. Es decir, como decía al principio, un código moral no lo puede escribir cualquiera y está claro que los tres mencionados no eran, ni mucho menos, unos cualesquiera. Sabían lo que escribían porque lo habían sufrido en el momento culmen en el que se debe hacer gala de los valores militares: el combate.

Los dos primeros, el Credo Legionario y el Ideario Paracaidista, son los de mayor carga moral, redactados de una forma muy militar que solo los militares podemos entender y querer. Prueba de ello es que desde fuera, pero también desde dentro del Ejército, se ha pretendido cambiar su redacción para hacerla más políticamente correcta y en el caso del Ideario Paracaidista, del que hablaré la semana que viene, lo consiguieron.

Primer emblema del Tercio de Extranjeros

El Credo Legionario nació con La Legión. Fue Millán-Astray quien lo plasmó en su libro La Legión, en 1923, cuando el Tercio estaba ya perfectamente consolidado y cuando en sólo tres años había ya causado sensación en el mundo entero por su arrojo y valentía. Pero también por su mística que, aunque aún joven, determinaba ya el espíritu de una unidad especial, muy especial. Tan es así que el texto no se divide en artículos, sino en espíritus porque el Credo es precisamente eso, espíritu.

En el libro La Legión, el Fundador habla así del Credo Legionario:

Es la base espiritual de la Legión, médula y nervio, alma y rito de ella.

La Legión es también religión y sus oraciones están en él comprendidas: las del valor, compañerismo, amistad, unión y socorro, marcha, sufrimiento, endurecimiento a la fatiga, compañerismo ante el fuego, y las cardinales: Disciplina, Combate, Muerte y Amor a la Bandera.

Escrito en momento de exaltación del entusiasmo y de la fe, no tiene el más leve pulimento literario. Surgió espontáneo, como si dictásemos unas instrucciones cualesquiera; sentíamos La Legión, pensamos en el espíritu militar y en el de sacrificio. Queríamos que rindiesen culto al Honor militar y al Valor militar y que, sugestionados con estos sentimientos, vencieran el instinto y no temiesen la muerte.

Y queríamos también dictar las austeras reglas de la hermandad que iba a nacer, para que fuera: militar, guerrera, heroica.

Si tenemos en cuenta que Millán-Astray era un ferviente católico y observamos la estructura del Credo, podemos afirmar que está escrito a semejanza de los Diez Mandamientos de la Ley de Dios. Esos doce espíritus son en realidad diez mandatos que acaban con dos proclamas. Redactado con el estilo de las Reales Ordenanzas de Carlos III, del Credo Legionario emana el espíritu de los grandes héroes y el anhelo de alcanzar las glorias de aquellos heroicos Tercios de la Infantería Española que dominaron Europa durante casi un siglo y medio.

El Credo Legionario constituye la base moral de La Legión y está inspirado en el bushido, el código de conducta de los samuráis cuya mística tanto influyó en Millán-Astray para fundar el Tercio de Extranjeros. Con él quería establecer una serie de sentencias muy simples y de fácil entendimiento para cualquier legionario que debían servir como base espiritual de La Legión, ayudando así a conformar su espíritu de cuerpo. Está claro que consiguió una fuerza con una alta cohesión y dispuesta a combatir sin miedo a la muerte. 

El texto original que redactó Millán-Astray decía así:

El Espíritu del Legionario

Es único y sin igual, es de ciega y feroz acometividad, de buscar siempre acortar la distancia con el enemigo y llegar a la bayoneta.

El Espíritu de Compañerismo

Con el sagrado juramento de no abandonar jamás un hombre en el campo hasta perecer todos.

El Espíritu de Amistad

De juramento entre cada dos hombres.

El Espíritu de Unión y Socorro

A la voz de “A mí La Legión”, sea donde sea, acudirán todos y, con razón o sin ella, defenderán al legionario que pide auxilio.

El Espíritu de Marcha

Jamás un legionario dirá que está cansado hasta caer reventado; será el Cuerpo más veloz.

El Espíritu de Sufrimiento y Dureza

No se quejará de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed, ni de sueño; hará todos los trabajos: cavará, arrastrará cañones, carros; estará destacado, hará convoyes, trabajará en lo que le manden.

El Espíritu de Acudir al Fuego

La Legión, desde el hombre solo, hasta La Legión entera, acudirá siempre donde oiga fuego; de día, de noche, siempre, siempre, aunque no tenga orden para ello.

El Espíritu de Disciplina

Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir.

El Espíritu de Combate

La Legión pedirá siempre, siempre, combatir sin turno, sin contar los días, ni los meses, ni los años.

El Espíritu de la Muerte

El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde.

La Bandera de la Legión

La Bandera de La Legión será la más gloriosa, porque la teñirá la sangre de sus legionarios.

Todos los Hombres Legionarios son bravos

Todos los hombres legionarios son bravos; cada nación tiene fama de bravura; aquí es preciso demostrar qué pueblo es el más valiente.

Es importante comentar que el Espíritu de Marcha fue así redactado originalmente por el Fundador, pero sin tener claro ni cómo ni cuándo, se añadió "... y resistente", quedando como se recita desde tiempos que nadie recuerda: "Jamás un legionario dirá que está cansado hasta caer reventado; será el Cuerpo más veloz y resistente". Como en tantas cosas, hay varias teorías de por qué y cuándo se añadió "y resistente", pero ninguna con base documental ni rigor histórico.

Como tampoco tiene base documental ni rigor histórico el mito de que en 1923 el Teniente Coronel Valenzuela distribuyera entre sus legionarios una nota en la que añadía un nuevo espíritu a los doce que ese mismo año había escrito Millán-Astray. El conocido como El Espíritu del Pelotón de Castigo decía así

Sufrir arresto en el pelotón es un derecho del legionario que pecó militarmente; derecho que no debe desposeérsele ni con indultos ni atenuaciones y, mientras que ejerce este derecho y paga sus deudas, ha de tener el orgullo de buen pagador, que cuanto más plenamente realice el pago más se despliega de sus faltas; que al terminar su correctivo deja de pesar sobre él, puesto que lo liberó pagando su justo precio. Nuestra raza no ha muerto aún.

El caso es que no existe documento alguno en el extensísimo archivo histórico de La Legión que corrobore esta leyenda de la que, si fuera cierta, supongo que habría quedado alguna de esas notas que dicen que Valenzuela entregó a sus legionarios. En definitiva, jamás ha sido oficial ese decimotercer espíritu.

En cuanto a La Bandera de La Legión, originalmente se escribió "será la más gloriosa porque la teñirá la sangre de sus legionarios". Hubo una época en la que se decía "es la más gloriosa porque está teñida con la sangre de sus legionarios" en base a que otra leyenda cuenta que tras la entrega de la primera Bandera Nacional a La Legión el 5 de octubre de 1927, la reina Victoria Eugenia consideró que las bajas legionarias hasta la fecha la hacían merecedora de tal modificación. El caso es que sea como sea, actualmente se recita de nuevo como lo fue originalmente porque el "será" es un mandato: será siempre la más gloriosa, como también lo es "trabajará en lo que le manden", "cumplirá su deber" o "defenderá al legionario que pida auxilio", por ejemplo.

5 de octubre de 1927. La Reina Victoria Eugenia entrega la primera Bandera a La Legión en Dar Riffien

Pero como decía al principio, el Credo Legionario sufrió odios desde fuera del Ejército e, incluso, envidias dentro de la propia Institución. A finales de los años 90 (sobre 1997 más o menos) una concejal del Ayuntamiento de Ronda denunció el anacronismo y la exaltación de la violencia en el Credo además de su estilo franquista ¿? cuando lo oyó en un acto del Tercio Alejandro Farnesio, 4º de La Legión, en Montejaque. No era nueva esa cantinela pues ya en los 80 había una voluntad política de cargarse a La Legión justificándola, entre otras cosas, con el Credo Legionario, que no le gustaba a los políticos.

El caso es que el entonces JEME, Teniente General Faura —aún no existía el empleo de General de Ejército— decidió modificar él mismo, de su puño y letra, el Credo Legionario atreviéndose a modificar lo que Millán-Astray había escrito setenta y cinco años antes. Recuerdo perfectamente el día en el que el General Zorzo, Jefe de la Brigada de La Legión, nos reunió a todos los Oficiales en el salón de actos para comunicarnos, con un cabreo descomunal, que el JEME le había dado la orden de que desde ese momento se recitara el nuevo credo. Éste constaba de diez artículos —ya no se llamaban espíritus, claro— de los que algunos, muy pocos, habían quedado igual, a otros se les modificó su redacción y dos se suprimieron directamente. No recuerdo qué espíritus del Credo estaban en cada caso porque el recorrido de aquel invento fue tan corto como la distancia hasta la puerta de salida del salón de actos. No es que incumpliéramos la orden, por supuesto que no —cumplirá su deber, obedecerá hasta morir— simplemente desde ese momento ordenábamos a nuestros legionarios recitar únicamente los espíritus que no habían sido modificados. Poco a poco tan impopular orden perdió fuerza por sí sola y, gracias a Dios, pasó a ser una triste anécdota.

Cada espíritu del Credo tiene relación con una actividad distinta de la vida cotidiana del legionario, pero para mí hay tres que son los que considero que más levantan el espíritu y más carga moral tienen cuando los legionarios formados gritan con todas sus fuerzas el Espíritu del Legionario, el Espíritu de la Muerte o La Bandera de La Legión. Es un chute de Milicia en vena prácticamente inigualable.


20 de septiembre de 2022, mi último aniversario fundacional de La Legión con la camisa verde.



14 julio 2024

A LOS NUEVOS OFICIALES Y SUBOFICIALES

 En estos días se están celebrando las entregas de Reales Despachos a los nuevos oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas. Tras cinco y tres cursos, respectivamente, varios centenares de jóvenes han alcanzado, por fin, sus anheladas estrellas de teniente y galones de sargento. Cronológicamente es el tercer día significativo en la vida del militar en cuanto a su época académica, tras la noticia del ingreso en la academia y la posterior jura de Bandera. 

El viernes asistí invitado a la entrega de despachos en la Academia General del Aire. Mientras los nuevos tenientes iban pasando a recoger sus Reales Despachos yo pensaba en el fondo del significado de este acto y me hacía la pregunta de si realmente la estancia en la academia les había aportado los conocimientos necesarios para desarrollar con éxito la profesión militar. No cabe duda de que la respuesta es que no, y no porque el actual sistema de enseñanza sea malo, que lo es, sino porque de siempre, tanto en la vida militar como en la civil, cuando de verdad se aprende es cuando se empiezan a poner en práctica las ligeras nociones teóricas sobre la profesión recibidas en la academia o en la universidad (en la academia Y en la universidad para los oficiales del actual sistema).

No voy a hablar hoy de las demostradas carencias militares del actual sistema de enseñanza, pero sí me voy a atrever a dar unos consejos a los jóvenes tenientes y sargentos a los que les pueda llegar este blog, que nació, entre otras cosas, para enseñar a las nuevas generaciones el porqué de tantas cosas en la Milicia.

No considero que sea el más idóneo para dar consejos, pero lo que está claro es que no todos los que pueden dar buenos consejos escriben blogs de pensamiento militar. 


Tuve la gran fortuna de ser hijo de una buena persona y buen militar, tal como me han dicho tantas veces muchos de los que estuvieron a sus órdenes en las distintas unidades en las que estuvo, y la gran parte de lo que soy se lo debo a él porque a mí me gustaba preguntarle y a él le gustaba contarme. Desde niño nuestras conversaciones sobre Milicia eran interminables. 


Y en cuanto a lo que me enseñó para el ejercicio de mi profesión todo lo resumía en "ten siempre presente el artículo del Cabo". Para él el ejercicio del Mando consistía simplemente en aplicar el artículo del Cabo en todos los órdenes de la vida militar. Y se ve que no iba desencaminado porque lo que en las Reales Ordenanzas de Carlos III hasta las RR.OO para las FAs de 1978 era el artículo del Cabo, pasó a convertirse en las nuevas RR.OO de 2009, con ligeras variaciones más políticamente correctas, en la definición del ejercicio del mando:

Artículo 5 de las RR.OO de Carlos III de 1768:

El cabo, como jefe más inmediato del soldado, se hará querer y respetar de él; no le disimulará jamás las faltas de subordinación. Infundirá en los de su escuadra amor al oficio y mucha exactitud en el desempeño de sus obligaciones. Será firme en el mando, graciable en lo que pueda, castigará sin cólera y será medido en sus palabras aun cuando reprenda.

Artículo 65 de las RR.OO de 1978:

El cabo, como jefe más inmediato del soldado o marinero, se hará querer y respetar de él; no le disimulará jamás las faltas de subordinación; le infundirá amor al servicio y mucha exactitud en el desempeño de sus obligaciones; será firme en el mando, graciable en lo que pueda y será comedido en su actitud y palabras aun cuando sancione o reprenda.

Artículo 53 de las RR.OO para las FAs de 2009:

El militar que ejerza mando se hará querer y respetar por sus subordinados; no les disimulará jamás las faltas de subordinación; les infundirá amor al servicio y exactitud en el desempeño de sus obligaciones; será firme en el mando, graciable en lo que pueda y comedido en su actitud y palabras aun cuando amoneste o sancione.

En resumen, algo tan simple como el artículo del Cabo que servía de guía a los oficiales y suboficiales durante tanto tiempo, se convirtió oficialmente en la definición del ejercicio del mando. Ni grandes tesis sobre liderazgo ni profundos y sesudos estudios de grandes estrategas; para el militar español el ejercicio del mando siempre fue cumplir el artículo del Cabo.

Este es, para mí, el más principal consejo: aplica día a día el artículo del Cabo. Luego ya dedicarás el tiempo necesario al resto de artículos de las RR.OO, a la organización, la táctica, la logística, los procedimientos, los idiomas, la geopolítica y estrategia, etc, pero siempre, siempre, actúa haciéndote querer y respetar por tus subordinados, etc, etc, etc.


Pero debes tener en cuenta que lo que es simple en cuanto a su redacción no es fácil en su cumplimiento. Siempre se habla del arte de la guerra porque no es una ciencia y es, sobre todo, un arte en el que conjugar muchos conocimientos, habilidades, aptitudes, actitudes, valores, etc. Creo que debería hablarse también del arte del mando porque no es fácil ser firme en el mando mientras se es respetado por los subordinados. 

La disciplina es un valor ejercido y exigido en múltiples ámbitos de la vida, ya sea en el terreno empresarial, artístico, deportivo, científico, estudiantil, etc.  Pero en el Ejército la disciplina reviste su verdadero valor cuando va acompañada de vocación, honor, valor, sacrificio, compañerismo, espíritu de unidad y, sobre todo, amor a la Patria. No olvides que lo que nos hace diferentes es ese conjunto de valores por los que la disciplina por sí sola no es identificativa nuestra, al igual que el resto tampoco lo son por sí solos. 

La disciplina hay que asumirla y hacerla propia, acatando las órdenes con la confianza de que quien las da, sabe darlas. No busques explicación a las órdenes. Cuando no las entiendas, cúmplelas; nunca sabes qué razones llevan al jefe a darlas. Cuando des órdenes querrás que se cumplan sin necesidad de dar explicaciones. Por eso es disciplina.

Quiero hacer hincapié en la vocación. La vocación, contrariamente a lo que se afirma generalmente, no es innata. La vocación se adquiere, se aumenta y se mejora. Existe una pequeña vocación cuando uno decide elegir la carrera de las armas, pero esa vocación es muy superflua y sólo guiada por un aspecto muy simple a causa del desconocimiento de lo que es verdaderamente la vida militar. La vocación tiene que ser trabajada y esto se consigue con verdadera voluntad de aprender y de vivir la Milicia con cada vez más alma. Esto se consigue leyendo cualquier texto de temática militar, hablando frecuentemente de asuntos del servicio, estudiando y profundizando en cualquiera de la inmensa variedad de aspectos que nos ofrece la Milicia. La odiosa frase tan usada de "así desconecto del cuartel" no es más que una muestra de desidia militar y de falta o ausencia de vocación. Así lo dice el artículo 72 de las actuales RR.OO:

El militar cuyo propio honor y espíritu no le estimulen a obrar siempre bien, vale muy poco para el servicio; el llegar tarde a su obligación, aunque sea de minutos; el excusarse con males imaginarios o supuestos de las fatigas que le corresponden; el contentarse regularmente con hacer lo preciso de su deber, sin que su propia voluntad adelante cosa alguna, y el hablar pocas veces de la profesión militar, son pruebas de gran desidia e ineptitud para la carrera de las armas.

En cuanto a la vida cotidiana, y teniendo en cuenta que se sale de la academia con bastante poca idea, no vayas de chulito por la vida creyendo que tus dos estrellas o tus tres galones dorados te dan la sabiduría absoluta. Confía en la experiencia de tus subordinados y aprende de ella. Dales la responsabilidad que merecen, pero no más; no descanses tu responsabilidad en ellos. Tampoco seas demasiado madre parturienta eximiéndoles de la responsabilidad que les corresponde. Exígete a ti tu responsabilidad, pero no dejes de exigírsela a tu subordinado. No confundas echar una mano a un subordinado con hacer su trabajo. Cada uno somos responsables en nuestro escalón jerárquico de forma perfectamente definida. Tú tienes tu responsabilidad y tus subordinados tienen las suyas. Echar una mano en lo que puedas está bien, pero no dejes que esa mano haga que la responsabilidad pase a tu espalda automáticamente. Cada uno tiene su responsabilidad, igual que tus jefes tienen la suya y te exigirán a ti la tuya. No confundas el ser querido por tus subordinados y ser graciable en lo que puedas con el colegueo

En este punto los Suboficiales que proceden de Tropa y llegan destinados a una unidad en la que estuvieron antes tienen que ser verdaderos artistas para conseguir ser firmes en el mando con quienes fueron sus compañeros y, en muchos casos, buenos amigos. Si estás en ese caso, no te va a ser fácil hacerlo bien. Tendrás que tener muy claro cuál es tu puesto y cuál tu responsabilidad y, como la amistad no está en absoluto reñida con la subordinación, deberás hacerles ver a tus amigos cuál es la nueva situación. Pero lo que jamás deberás hacer es estar sólo preocupado por hacerte querer y ser graciable, olvidando tu responsabilidad como cuadro de mando y tu obligación de ser firme en el mando; entre otras cosas porque la responsabilidad te la van a exigir a ti, no a tu subordinado-amigo. Son tus subordinados-amigos, precisamente, los que tienen que demostrarte su amistad porque de su actuación depende tu prestigio y el de la unidad que mandas.

Sea cual sea la situación, debes sentirte orgulloso de la unidad en la que sirves. Tienes que estar convencido de que tu unidad es la mejor y por eso estás en ella. Todo tu esfuerzo y tu trabajo bien hecho dará prestigio a tu unidad y eso te dará prestigio a ti. Pero también tienes que estar orgulloso de que el Ejército Español tenga otras unidades que, llegado el momento, combatirán codo con codo con la tuya, como probablemente haya pasado en alguna ocasión a lo largo de la larga historia militar de España. 

Preocúpate de tu personal, tanto en las vicisitudes especiales de su vida personal como en el estado de su instrucción, y del material y equipo asignado a tu unidad. Nunca olvides que una unidad es lo que son sus personas y tampoco olvides nunca que el mantenimiento te permite la operatividad de los medios para un eficaz empleo y que el empleo eficaz de los medios te permite cumplir la misión. Con estas dos premisas tendrás asegurado del 90 % del éxito de tu trabajo.

En cuanto a cómo afrontar la vida militar en el futuro y cómo desarrollar tu carrera con cursos, destinos, etc, poco te puedo decir. Como por suerte o por desgracia ya estoy en tiempo de descuento, sé que ya no me afecta el nuevo estilo de vida miliar. Por eso pocos consejos quiero darte en este aspecto porque mi concepto de lo que debe ser el resto de la carrera profesional según van pasando los años y van alcanzándose empleos ya no es válido. Mi concepto de qué es y qué importa de un militar ya no es el concepto de los planes de personal que os van a afectar a vosotros. Por ejemplo, ya no está de moda el pecho lleno de chapas de cursos operativos y permanencias en unidades cañeras mediante los que el uniforme se convierte en tu currículum. Ahora se lleva otro tipo de militar cuya experiencia en unidades pasa a un segundo plano y del que se valoran otras cualidades más genéricas, aunque, incomprensiblemente, luego te bombardean con el concepto de liderazgo. Se limita tanto el tiempo de mando que esa experiencia deja de serlo para ser sólo tiempo acumulado. 

Y, para finalizar, no te olvides nunca de tu familia. Cuando vayas a pedir un curso o una vacante piensa detenidamente qué les va a suponer a ellos. Ser familia de un militar es duro, por lo que si están a tu lado y te apoyan, no se lo pongas más difícil de lo que ya aguantan. Busca el equilibrio entre lo que quiere tu corazón y lo que aconseja tu cabeza, pero no debes hacer sólo caso a tu corazón. Te aseguro que a mí me ha dado buen resultado.

Siéntete orgulloso de ser militar; y además, demuéstralo. Ser militar no es un trabajo, un oficio o una profesión, es una forma de ser de la que deriva una forma de vida.

Mucha suerte.

07 julio 2024

CASCO AZUL, SOLDADO ESPAÑOL (y III)

Decía la semana pasada en CASCO AZUL, SOLDADO ESPAÑOL (II) que en esa época de 1993 la tensión se vivía constantemente en cualquier lugar y momento de la zona de responsabilidad del SPABAT (Spanish Battalion, o contingente español) porque tanto los croatas como los musulmanes nos hacían la vida imposible en las respectivas áreas que controlaban porque les impedíamos sus desmanes, mientras los serbios no paraban de bombardear con morteros y artillería tanto a unos como a otros. Y nosotros en medio de aquel fregao.

Pero teníamos algo a nuestro favor que no tuvieron ejércitos de otros países que tuvieron muchos problemas en el ejercicio de sus cometidos como fuerza de interposición. Nuestro carácter hispano, muchísimo más abierto que el de los aburridos holandeses, daneses, británicos o franceses, era fácilmente percibido por la población civil, lo que nos permitía cierto sosiego en algunos pocos momentos. Pero creo que, a pesar de lo canutas que lo pasamos, nos ayudó mucho una cosa teníamos clara los españoles sin llegar a ser una directriz de nuestro gobierno o de nuestro Mando: es su guerra, nosotros venimos a ayudarles; si nos lo impiden, peor para ellos, pero no podemos imponer mucho más de lo que ellos nos permitan. Otros países no pensaban así y querían imponer su fuerza y conseguían que su sola presencia en las cercanías de algunos poblados generara mucho odio hacia ellos. Así les fue a algunos...

Llegó el momento en el que el esfuerzo principal de los españoles se concentró en dos líneas de acción: la interposición en la línea de confrontación en las zonas de Mostar y de Jablanica y el mantenimiento de una ruta segura de abastecimiento desde Métkovic hasta Sarajevo. Esta ruta de abastecimiento de ayuda humanitaria hacia el norte era la Ruta del Neretva, carretera que discurría lo largo del río Neretva a través de numerosos túneles, puentes y desfiladeros. La orografía del terreno por el que discurría la carretera M-17 resultaba de extrema fragilidad en aquella situación bélica en la que cualquier pequeño barreamiento de la carretera impediría totalmente el cumplimiento de la misión. 

Vista de la carretera M-17 a la altura del puente de Dréznica, donde cayó al río el VCZ

Por este motivo se ordenó que la Cía de Zapadores, escoltada por elementos del Escuadrón de Caballería, reconociese y habilitase una ruta alternativa a la M-17 tanto para el transporte de la ayuda humanitaria como para la propia movilidad de nuestras unidades que permitiera el enlace con nuestro destacamento avanzado en Jablanica. Con un exhaustivo planeamiento, la única posibilidad viable era utilizar unas pistas de montaña, a pesar de tener bastantes pendientes, curvas muy cerradas y alta posibilidad de minas enterradas, porque no era una ruta que descubríamos nosotros, sino que era usada por los bandos y discurría paralela a la línea de confrontación más o menos identificada con el trazo del río Neretva.

Por la Ruta Alternativa

Durante uno de estos reconocimientos fue cuando el 4 de mayo un VEC conducido por el Cbo 1º Minguela pisaba una mina contracarro que le causó graves heridas en glúteos y piernas, pues fue pisada con la rueda sobre la que va sentado el conductor. Es el motivo por el que desde ese momento se ordenó que los conductores de BMR y VEC se sentaran sobre el chaleco anti fragmentos para paliar los efectos de la explosión. Y esta es la causa de que de la tripulación del VCZ que cayó al Neretva el 19 de junio, sólo se salvara el conductor por no llevar chaleco y tener más agilidad para nadar.

Zapadores socorriendo al VEC que pisó una mina en la Ruta Alternativa

La dificultad de esta ruta en cuanto a las condiciones del terreno se incrementaba por la posibilidad de minas y por el frecuente hostigamiento con ametralladoras y fusilería desde zonas cercanas, lo que convertía a los conductores de los BMR en auténticos héroes conduciendo esos pesados vehículos en esas condiciones a través de una pequeña ventana que les proporcionaba tan poquísima visibilidad. Por eso me cabrea tanto cuando, al hablar de fallecidos y heridos en Bosnia, se interprete que los accidentes de "tráfico" no eran causa de la guerra. Claro, eso lo dice algún que otro pistolazo que jamás pisó Bosnia durante la guerra y que no tiene ni repajolera idea de lo que habla.

Y es que las cosas no eran fáciles porque, aunque la mayoría de los disparos que recibíamos o los bombardeos en nuestras proximidades sólo buscaban hostigarnos para que nos fuéramos de allí o tenernos entretenidos y así poder hacer lo que quisieran en otro lado, hubo ocasiones en las que aquellos hijos de perra (de cualquiera de los bandos) tiraban a matar. Tales son los casos del Tte. Muñoz Castellanos por granada de mortero en Móstar, del Tte Aguilar por disparo de un francotirador también en Móstar, del Caballero Legionario León Gómez por granada de mortero en Jablanica o del Capitán Álvarez por activar a distancia una mina mientras él intentaba su desactivación en la presa de Salakóvac. 

Capitán de Ingenieros Fernando Álvarez (TEDAX) días antes de fallecer.

Y no, los disparos de mortero no eran fortuitos. Creo que estos tipos adquirieron una habilidad con los morteros que no podemos pensar que se batieran zonas y algún penino perdido cayera en el destacamento de Jablanica o junto al BMR del Tte. Muñoz Castellanos. La precisión con la que hacían uso de sus morteros debería ser la envidia de cualquier unidad de morteros porque había veces en las que veías puentes que habían sido volados con sólo un par de granadas. No sé, no tengo mucha experiencia en morteros, pero nunca he visto tal puntería. 

No era un por si acaso, era necesidad tener que construir refugios taladrando subterráneamente el destacamento avanzado de Jablanica, instalado sobre un campo de fútbol.

Trabajos de fortificación de Jablanica

Así iban pasando los meses con situaciones similares y otras bastante más delicadas de las que prefiero no contar nada porque fueron situaciones en las que, debido a la falta de experiencia de la cadena de mando del Ejército Español de esa época, hubo que actuar por iniciativa propia a todos los niveles de mando dentro de las agrupaciones allí desplegadas, iniciativas que permitieron que en todos los casos se cumpliera la misión, en muchos casos se rozara la heroicidad y en la inmensa mayoría de los casos desde Madrid podrían haber arrestado al responsable si se hubieran enterado de cómo se tuvieron que resolver algunas situaciones realmente. 

Todas las situaciones eran nuevas, no se hablaba de ellas en ningún reglamento ni publicación doctrinal. Ninguno de los que allí estábamos teníamos preparación para acometer determinadas misiones con arreglo a procedimientos establecidos. Eso sí, la excelente preparación militar de cualquier militar con alguna responsabilidad en aquella operación aseguraba el éxito de la misión. Para alcanzar el éxito, sólo había que tener siempre en cuenta una mezcla de los tres principios básicos en la Doctrina de aquella época (voluntad de vencer, libertad de acción y capacidad de ejecución) junto a los valores morales más profundamente marcados en las mentalidades del soldado español (disciplina, valor, honor, abnegación, compañerismo, espíritu de unidad, sacrificio, etc). Por todo esto alucino ahora cuando veo a los ideólogos de nuestro Ejército que se creen que han descubierto el mando orientado a la misión.

Lo que está claro es que el Ejército Español hizo una magnífica labor en Bosnia, como lo demuestra lo que comenta cualquiera que actualmente hace turismo por la zona donde estuvimos desplegados los españoles y en la que en cuanto dices que eres español, todo son parabienes y signos de gratitud

A pesar de no pretender que me salieran unos relatos demasiado extensos y aburridos —no sé si lo he conseguido—, espero que estas tres entregas hayan servido para que los que no conocieron aquel infierno se hayan podido hacer una idea de cómo fue aquella olvidada y dura misión en la Guerra de Bosnia. Porque sí, fue una dura misión, como lo avalan los 24 caídos y 58 heridos españoles de los que 10 y 34, respectivamente, lo fueron durante los seis meses de la AGT Canarias.

Era la primera operación española de tanta envergadura que se llevaba a cabo. Las mentalidades en el Ejército Español eran muy distintas a las actuales y, por supuesto, de aquella mentalidad se aprendió mucho y permitió trabajar de otra manera en las operaciones que ha habido posteriormente en otras misiones peliagudas como fueron la de Irak o la de Afganistán. Aquella de Bosnia fue una guerra muy política en España, de la que el gobierno de turno supo sacar un buen rédito mediático-político y de la que el Ejército aprendió muchísimo, tanto en el aspecto táctico como, sobre todo, en el logístico. Los más veteranos hemos podido comprobar que con el tiempo las lecciones aprendidas de Bosnia han pasado a definir muchas tácticas, técnicas y procedimientos actuales. Cuando echamos la vista atrás nos damos cuenta de que las cosas no han cambiado tanto desde Bosnia, simplemente se hacen de forma más normalizada y reglada. La Operación A/B fue un punto de inflexión en la forma de hacer las cosas en el Ejército Español. Me parece justo y, sobre todo, necesario que las nuevas generaciones lo sepan.


                           

                                                Españoles caídos en Bosnia (con su ascenso honorífico a título póstumo)