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Hablar pocas veces de la profesión militar es una de las pruebas de gran desidia e ineptitud para la carrera de las armas. (Del art. 14 de las RR.OO de las FAs)

22 septiembre 2024

ORGULLOSOS DE NUESTRA UNIDAD

 El artículo 48 de las Reales Ordenanzas para las fuerzas Armadas de 1978 decía que "Todo militar se sentirá orgulloso de la unidad en (la) que sirve. Se esforzará en que ésta alcance los más altos niveles de preparación y por ello merezca ser designada para las más importantes y arriesgadas misión". Las RR.OO de 2009 cambiaron el texto, para decir lo mismo, en su artículo 22: El militar velará por el prestigio de las Fuerzas Armadas y por el suyo propio en cuanto miembro de ellas. Se esforzará en que con su aportación personal su unidad, de la que se sentirá orgulloso, mantenga los mayores niveles de preparación, eficacia, eficiencia y cohesión, con objeto de que merezca ser designada para las más importantes y arriesgadas misiones. 

Se escriba como se escriba, está claro que el militar debe estar orgulloso de la unidad en la que sirve. Esto, que parece evidentísimo, no creo que lo sea tanto en muchos casos a tenor del comportamiento de algunos. Y no me refiero al comportamiento en la propia unidad, porque cuando alguien cumple con su unidad no se le puede recriminar que prefiriera estar en otra, me refiero a cuando estando en una unidad uno quiere convertirla en otra copiando cualquier cosa de la unidad que anhela vehementemente. Me explico.

Todos los militares, o la inmensa mayoría, hemos estado en distintas unidades. Unas veces hemos tenido la gran suerte de estar en la que queríamos estar, pero otras, por diversos motivos como ascensos, tiempos máximos, etc, hemos tenido que despedirnos de esa tan querida unidad, "nuestra unidad", y pasar a otra totalmente distinta. Uno puede echar de menos la unidad anterior por innumerables motivos, tanto personales como profesionales, pero debe tener claro que en ese momento todo su esfuerzo tiene que ir encaminado a contribuir a la grandeza de su unidad actual. 

Llegados a este punto estoy seguro de que mis pocos pero leales lectores estarán pensando que no he descubierto la pólvora hoy con estas afirmaciones, pero voy a intentar explicar ciertas actitudes que se dan demasiado frecuentemente y que quedan muy lejos de demostrar orgullo por la propia unidad.

Hay unidades que tienen una personalidad muy particular, una idiosincrasia distinta o, incluso, una aureola tradicional que las diferencian un poco de las demás. Estas unidades suelen marcar con una gran trascendencia a los que por ellas pasan destinados. Uno ahí destinado pensará y actuará como se hace en esa unidad. Está claro que se está sintiendo orgulloso de la unidad en la que sirve.

El problema viene cuando este militar tiene que cambiar de destino y llega al nuevo pensando, actuando e, incluso, usando el uniforme como en su unidad anterior. Se resisten a pensar que ya no están en su antigua unidad y lo único que pretenden es transformar la nueva para que se parezca lo máximo posible a la que él echa de menos, pero en la que no puede estar. Son los que yo llamo los "quiero y no puedo"

El Ejército Español es, gracias a Dios, muy heterogéneo y tiene las suficientes diferencias en su seno que permiten dar personalidad propia, en mayor o menor medida, a todas las unidades. Sin profundizar mucho, sólo tenemos que echar un vistazo a las distintas tradiciones y a las particularidades en la uniformidad. 

Es precisamente en la uniformidad en lo que primero que se dan a conocer los quiero y no puedo. Cuántos casos conocemos de quien ha copiado las peculiaridades de una unidad para que la suya se parezca (imite) a otra. ¿Eso es estar orgulloso de la unidad en la que sirve o es estar orgulloso de la unidad en la que sirvió por encima de todas las demás, incluso de la suya actual? 

El ejemplo más característico es el de los que han sido legionarios, aunque sea media hora, y ahora van vestidos de caqui, pero no se resisten a ir con la camisa desabrochada. Nunca lo entenderé. ¿Es para hacer que se sepa que ha sido legionario? ¿Es necesario cometer una falta de uniformidad para demostrar que se es esto o aquello? Creo que hay otras características, que no son desabrocharse un botón de la camisa de verano, las que tienen que definir al militar y las que darán renombre a su unidad. Además, creo que no se dan cuenta del flaco favor que están haciendo a La Legión con esa actitud. La Legión es lo que es, con todas sus características, entre ellas la del botón desabrochado de la camisa. Es una seña de identidad del legionario y de la camisa legionaria, no de la camisa caqui —o amarilla grisácea, que es como se llama oficialmente; manda h...—. Si ya no estás en La Legión, por mucho que te duela, no puedes desabrocharte el botón de la camisa.


Otro ejemplo claro es la adopción de las manoplas blancas por algunas unidades que jamás las han usado. En este asunto creo que debemos mirar, sobre todo, hacia algunos antiguos paracaidistas que al llegar a otras unidades han querido mantener el uso de las manoplas y las han convertido en parte de su uniformidad. Así ocurrió en la BRILAT y en la UME, unidades que jamás usaron las manoplas y a las que se les dotó de ellas de forma no oficial ni reglamentada. 

Menos mal que la Instrucción General 03/22 “Descripción y uso de los uniformes y prendas del Ejército de Tierra" ha regulado por fin, entre otras prendas, el uso de las manoplas blancas sólo para unidades legionarias, paracaidistas y... de Regulares. Me quedé sorprendido cuando vi que se les incluía, porque tampoco las habían usado jamás a lo largo de su historia. Por más que veo fotos y vídeos de las diferentes décadas desde su creación, las unidades de Regulares no han usado jamás manoplas blancas, salvo desde hace unos pocos años, cuando seguro que algún antiguo legionario quiso mantenerlas en su nueva unidad para, aunque él no lo hiciera con esa intención, restarle a La Legión una de sus señas de identidad.

Las manoplas han sido siempre características de legionarios y paracaidistas y conforman parte de su propia identidad, ¿no nos damos cuenta de que haciendo que se adopten por otras unidades estamos rompiendo un poco la identidad de las unidades originales en su uso?


¿Y las boinas? ¡Uf!, esto daría para un monográfico. En los años 60 y 70 en España sólo usaban boina los paracaidistas, tanto del ET como del EA, los guerrilleros, los esquiadores-escaladores, los carristas, los pilotos de helicópteros y los infantes de Marina y marineros en su uniforme de campaña y de faena. Es decir, unidades que tenían una identidad muy particular. En el momento de su creación en 1976, la Guardia Real también la adoptó. Progresivamente se fue generalizando hasta que a principios de los 80 la prenda de cabeza general de la tropa del ET volvió a ser la boina caqui en vez de la gorra montañera, como ya lo fue en la década de los años 20 del siglo pasado, a la vez que en la Academia General Militar dotaban a su personal de boina grancé.

Pero como siempre hemos tenido muchos "quiero y no puedo", algunos jefes quisieron que su unidad tuviera también su parte de individualidad —protagonismo— y, en vez de demostrarla derrochando virtudes, valores o hechos memorables, recurrían a darle ese toque especial sólo en apariencia creando una boina de un determinado color que, en ocasiones, no les quedó muy acertado. Así hemos llegado a que ya casi nadie usa la boina caqui de uso general (la caqui con el águila del Ejército) ni, mucho menos, la gorra de plato. Tenemos boinas de color verde, en tres o cuatro tonalidades distintas, grancé, rojos, negro, azul también en varias tonalidades, marrón, gris, amarillo, color arena y seguro que algún color más que se me olvida. Quedan muy pocas unidades que usan la original boina caqui y la gorra de plato y de esas pocas que quedan, le quitan el emblema del Ejército y le ponen el suyo propio; así mola más... En resumen, que la excepción se ha convertido en regla y la regla es ya, tristemente, una excepción.

¿Y todo esto por qué? Pues porque si cada uno, de verdad, se sintiera orgulloso de la unidad en la que sirve, no necesitaría copiar nada de los demás.

Para terminar quiero tener en cuenta un ejemplo de todo lo contario a lo que estamos tratando hoy. La División Acorazada Brunete N.º 1 nació en 1943 y su primer jefe, el almeriense Gral. Rada que, por cierto, fue el primer jefe en desembarcar en Alhucemas en 1925 al mando de la VI Bandera de La Legión, adoptó una prenda de cabeza que permitiera el uso adecuado de los cascos de intercomunicación y transmisiones que necesitaban los carristas. Así se creó la boina negra de carrista con alas horizontales, como se ve en las siguientes imágenes:


En 1981 la DA Brunete tuvo una participación relevante en los sucesos del 23-F y el gobierno de turno quiso cambiar la imagen de aquella unidad cuyos miembros habían salido en telediarios y periódicos en el Congreso o en RTVE tocados con esa característica boina. Al nuevo jefe de la Brunete, Gral. Pedrosa, le propusieron que mantuviera la boina negra, pero con caída del ala hacia el lado izquierdo; vamos, como la que llevaban los paracaidistas. Don Prudencio Pedrosa, que fue combatiente paracaidista en IFNI y que mandó la BRIPAC, se negó rotundamente porque la boina negra con caída del ala hacia la izquierda era una de las señas de identidad de los paracaidistas y cuentan que dijo literalmente "quien quiera llevar la boina como los paracaidistas, que pida destino a paracaidistas", preservando una de las identidades de la Brigada Paracaidista. De modo que se adoptó la boina negra, color clásico de las unidades acorazadas de la mayoría de países, pero con caída del ala hacia la derecha:

Gral. Prudencio Pedrosa Sobral

A pesar de ello, tras la revolucionaria y en gran medida desafortunada normativa de uniformidad de 1986, se eliminó esta boina dotando a las unidades acorazadas y mecanizadas de una boina como la paracaidista:


Aunque me he centrado en aspectos de la uniformidad de épocas más o menos recientes, seguro que también ocurría esto hace siglos, por lo que me imagino que fue lo que ocurrió cuando alguien decidió que las unidades de marinería de la Armada, no las de Infantería de Marina, también tuvieran escuadras de gastadores en sus desfiles, aunque jamás existieran los gastadores en los buques de guerra...

En resumen, sintámonos orgullosos de la unidad en la que servimos, con sus peculiaridades propias sean o no tan vistosas como las de otras unidades, y dejemos de querer ser como otros. 






3 comentarios:

Anónimo dijo...

Grande como siempre furriel.Placer leerte...ni una coma más....ojalá cada uno se sienta orgulloso de verdad de la Unidad en la que sirve...copiar e imitar no es lo mismo que permanecer, sobre todo en las tradiciones.Larga vida a ese gran furriel.

Anónimo dijo...

mUY INTERESANTE

Juan Ja dijo...

He tenido 8 cambios de destino en mi vida militar que está próxima a finalizar en Servicio Activo . Comparto lo leído del Furriel pero quiero aportar que dichos cambios dejan una mala huella en las Calificaciones personales y en las Condecoraciones recibidas pues aunque seas "bueno" en tu trabajo , tienes que volver a " demostrarlo"

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